El partido entre Chapecoense y Atlético Mineiro estuvo marcado por algo pocas veces visto, incluso nunca antes visto. Y no tiene nada que ver con los jugadores, con el resultado, o con algún gol: es relacionado con la pelota.

Todo ocurrió en el minuto 41 del segundo tiempo, en medio de un tiro de esquina a favor del ‘Chape’. Diego Torres se posicionó frente al balón y lo envió al área chica. La jugada no significó alguna situación de peligro, pero sí llamó la atención por un extraño movimiento hecho por el balón.

Este momento fue prácticamente imperceptible por los jugadores, pero la repetición de la transmisión oficial, sirvió para dejar en evidencia la insólita situación ocurrida en el estadio. Las imágenes mostraron que la pelota, tras ser centrada por Torres, al parecer rebotó en el aire, para luego seguir con su trayectoria.

En redes sociales no se demoraron en comentar al respecto de lo sucedido, y muchos aseguraron que sería algo paranormal: “No se olviden que este estadio tiene una energía muy fuerte, allí se realizó el funeral de varias personas”, comentó en tuitero.

Recordemos que tras el accidente del Chapecoense, donde fallecieron 71 de los 77 ocupantes del avión que trasladaba al equipo. Posteriormente, se velaron a los jugadores y al equipo en ese estadio, por lo que varios lo asociaron con este hecho.

De todas formas, el profesor de física del Instituto Federal de Santa Catarina, Alencar Migliavacca conversó con el portal Globoesporte, y explicó que lo ocurrido, al parecer, tendría una razón científica.

“En principio, no parece un ‘efecto Magnus’, que es cuando la rotación de un objeto afecta a la trayectoria del mismo, porque fue muy repentina. Parece una colisión con algo en ese momento, lo cual sería posible, pero tampoco parece haber nada que se acerque o se aleje al objeto. Es muy probable que haya una corriente de aire en esa dirección que, por diferencia de presión, aplicó una fuerza en la pelota cambiando su vector de velocidad”, explicó el especialista, según lo consignado por BioBioChile.

¿Qué opinas tú?