Uno de los testigos claves por la muerte de Sebastián Leiva, más conocido como ‘Cangri’, es Sebastián Cornejo, quien fue el tercer tripulante de la camioneta en la que iban junto a Germán Gundián y el único que logró sobrevivir en el desierto.

Fue precisamente en una entrevista con Bienvenidos donde el amigo del ‘Cangri’, quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia pues tiene una orden de detención pendiente, decidió revelar qué fue lo que sucedió aquella noche y por qué no pudo volver por él.

Como primer antecedente, Sebastián Cornejo contó que Germán Gundián deseaba negociar la venta de la camioneta en la que iban con la policía boliviana, para ello, optó por llevar a bordo a dos ciudadanos bolivianos, a quienes les pagó US$1.500 (aproximadamente 990 mil pesos chilenos) para no perderse en la ruta y además porque les debía dinero.

Ya en camino, Cornejo dijo que no se percataron que estaban en territorio boliviano hasta que Germán indicó que aquel lugar era ‘tierra de nadie’. Más tarde, fueron asaltados por los extranjeros quienes de esa forma estaban cobrando lo que Germán les debía, por lo que este último decidió pedir que frenaran porque necesitaba orinar.

Sebastián explicó: “Yo freno, me quedo forcejeando con uno de los bolivianos, el segundo me abre la puerta y seguimos forcejeando” y luego afirmó que le dispararon al vehículo. Con ello, se llevaron la camioneta y quedaron los 3 en el desierto, solo pensando qué harían pues estaban sin abrigo.

Como solución, decidieron los 3 seguir las huellas de la camioneta hacia donde había continuado su camino, pues tenían la sensación que era más fácil encontrar un pueblo hacia adelante que hacia atrás, soportando la oscuridad y el frío: “Los dos estábamos enojados con Germán y aún así nos abrazamos los tres”.

Como hacía tanto frío, Cornejo explicó que metieron los pies en la arena para no congelarse y así esperar hasta el amanecer, él decidió levantarse y levantar a ‘Cangri’ y le pidió que caminaran para calentar el cuerpo, él respondió que sí pero se percató que Germán no estaba caminando y volvió a buscarlo.

“Yo me separé porque quería caminar, mi intención era calentar mi cuerpo caminando. ‘El viejo es el único que se sabe el camino’, dijo el Cangri. ‘A ese viejo lo van a pasar buscar’, le dije yo. Nosotros necesitábamos otro tipo de ayuda, un ganadero, una camioneta que nos interceptara, una casa”, dijo Cornejo.

Sebastián le dijo a ‘Cangri’ que debía seguir su camino y que cuando se distanciaran él silbaría y ‘Cangri’ debía responder de la misma forma, aunque en un momento no lo escuchó más y decidió seguir caminando.

Cornejo comentó que: “Tres bolivianos de una empresa me prestaron ayuda. Me llevan en su camioneta a una frontera boliviana y justo aparece una chilena. Llego a la PDI, le explico que nos habían asaltado, tratando de explicarles los sucesos, y me dicen que estarían locos si me creyeran todo eso, porque es imposible que yo pasara toda una noche y todo el día caminando (…) Nunca me creyeron y sólo me dijeron que tenía una orden de arresto en el tribunal de Concepción”.

Respecto a por qué no regresó por sus amigos, dijo que para la policía él solo era un delincuente con antecedentes, por lo que fue esposado debido a su orden de arresto y no tuvo la oportunidad de avisarle ni a su propia familia lo que había sucedido.