El lunes el Juzgado de Garantía de Villa Alemana decretó prisión preventiva para Hugo Bustamante, imputado por los delitos de violación con femicidio e inhumación ilegal en el marco del caso de Ámbar Cornejo.

El crimen de la adolescente a ha conmocionado al país y ha generado un gran debate respecto a las falencias del sistema judicial, pues recordemos que en 2005 Bustamante fue condenado por un doble homicidio, sin embargo, en 2016 le otorgaron la libertad vigilada.

Previo a su libertad, Gendarmería elaboró un informe social y psicológico de Hugo Bustamante, el cual fue revelado este lunes por el medio nacional La Tercera.

Dicho informa detalla antecedentes de su familia y su red de apoyo, como también su paso y comportamiento en la cárcel.

Pero los detalles que más llaman la atención tienen relación a su perfil psicológico, donde se aseguró que tiene una “personalidad extrovertida y muchas veces avasallador en su discurso”.

“Logra adaptarse adecuadamente a su medio, estableciendo relaciones personales adecuadas, pero que se alejan de un compromiso efectivo más profundo. Difícilmente se compadece, más bien le acomoda una actitud omnipotente frente a los demás, careciendo de empatía. Asimismo, con escasa resonancia afectiva se visualiza hacia sus hijos u otros familiares”, señala el documento.

El informe también indica que el imputado “emocionalmente se aprecia frío y poco empático con los demás, difícilmente expresa sus sentimientos o se compadece por el otro”. También detalla que logra manejar la impulsividad en la cárcel “respondiendo efectivamente a lo solicitado por el régimen interno”.

Respecto a las funciones intelectuales de Bustamante, el documento afirma que su nivel recae en la “categoría normal promedio, con un desarrollo normal de la mayoría de las funciones cognitivas, sin embargo, demora más de lo habitual en la comprensión de estímulos que necesitan de mayor elaboración cognitiva, por lo que su actuar es más impulsivo y poco sensato frente a situaciones triviales”.

En esta línea, el informe señala que el imputado “no logra identificar ni tampoco anticipar posibles consecuencias de sus actos, muchas veces busca sólo justificaciones externas que logren minimizar el efecto de su conducta delictual. Se aprecia algo reticente a seguir con las normas sociales convencionales, por lo que sobrevalora su vida y lo que ha logrado con ella”.

En cuanto a la conciencia de sus crímenes, Bustamante los reconoce “pero de manera muy despectiva”, excusándose que el contexto lo llevó a cometer los delitos. Además, “le desagrada mucho que le pregunten antecedentes de los hechos”.

Sobre los homicidios y el reconocimiento del daño causado, el informe señala indica que el imputado “solo reconoce el daño a sí mismo, no incluye en nada a sus víctimas o lo que socialmente pudo haber provocado”.

Además, el documento también describe que Bustamante tiene rasgos de trastorno de personalidad antisocial.

Finalmente, respecto a su disposición al cambio, el documento concluye que en ese momento Bustamante se encontraba “en etapa de pre contemplación de motivación para el cambio, lo cual se deja en manifiesto con la actitud tenida en la entrevista, en que muestra poca disposición y empatía. No cuenta con proyectos de vida que sean reales o que permitan augurar un adecuado proceso de reinserción”.