El caso del ‘cura Tato’ que remeció a la iglesia chilena: confesó, fue condenado y murió en libertad
En 2002, una inesperada denuncia contra José Andrés Aguirre, conocido como el ‘cura Tato’, remeció a todo el país y, en especial, a la iglesia chilena.
“Fue una religiosa la que concurrió al tribunal. Un funcionario me informó que había una persona que quería hablar conmigo. Ella me contó”, dijo Rosa María Pinto, la jueza que posteriormente lo condenó, consignó la sección Fallo Histórico del Poder Judicial.
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“Al principio me escandalizó, era increíble, pero como la denuncia venía de una religiosa, me pareció también respetable. No creo que estuviera inventando, si ella pertenecía a la iglesia”, agregó.
Pese al escándalo y su asombro, la jueza del 16° Juzgado del Crimen de la época decidió iniciar la investigación.
“Siempre lo interrogué yo, todos los careos se hicieron conmigo. Había muchos funcionarios que servían de actuarios, pero como era un caso tan sensible, quise hacerlo de forma personal”, reconoció.
Para la sorpresa de la abogada, Aguirre no negó los cargos. “Aquí él confesó, desde el primer momento teníamos las pruebas de que había participado de estos abusos. Los relató con cierta simplicidad, incluso”, complementó.
Inédita condena
En junio de 2003, la magistrada Pinto condenó al ‘cura Tato’ a 12 años de prisión por nueve casos de abusos deshonestos a menores y uno de estupro.
Se acreditó que los delitos fueron cometidos en la comuna de Quilicura, región Metropolitana, desde 1998 hasta 2002.
“No lo vi arrepentido, para él era natural su conducta. Carecía, curiosamente, de lo más importante que debe tener un ser humano maduro, que es el concepto del bien y el mal, el límite estaba muy difuso”, señaló la jueza.
De esta forma, se transformó en el primer caso de un religioso condenado por abusos sexuales en el país.
Muerte
En noviembre de 2013, José Aguirre falleció a los 56 años en el Hospital del Salvador, producto de un paro cardiorrespiratorio, detalló Emol.
El exsacerdote diocesano había llegado al centro asistencial debido a que se agravó su estado de salud, a causa de la enfermedad degenerativa que lo afectada (distrofia miotónica muscular).
A pesar de haber sido condenado a 12 años, Aguirre abandonó la cárcel en noviembre de 2012, 24 meses antes de lo presupuestado, luego de recibir un beneficio carcelario por buena conducta por parte de la Comisión de Reducción de Condenas.
Tras salir del Centro Penitenciario Colina I, fue trasladado hasta Santo Domingo, región de Valparaíso, donde vivió sus últimos meses de vida en compañía de su padre.