Jennifer López se dejó fotografiar en las calles de Nueva York durante las grabaciones de su nueva película, Hustlers, proyecto en el cual la cantante encarnará a la stripper Samantha Barbash.

Barbash, de 44 años, es una madre soltera oriunda del Bronx, en Nueva York, que se hizo reconocida en el mundo del striptease por llevar una vida de lujos, la que habría conseguido después de drogar y robar a sus clientes.

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Ante la noticia de que Jlo la interpretaría en la pantalla grande, la mujer afirmó a The Sun que se sintió halagada al enterarse.

“Realmente me halaga que Jennifer López quiera interpretarme, pero si lo quiere hacer, debería conversar conmigo. Todos los que me conocen saben la verdad“, aseguró al medio internacional.

Historia digna de Hollywood

Samantha se convirtió a inicios de la década pasada, y con tan solo 19 años, en una de las bailarinas estrella del Club Hustlers, todo esto bajo el seudónimo de Samantha Foxx.

El club en el que trabajó era propiedad de Larry Flynt, reconocido productor de videos para adultos de la época.

Fue en ese entonces que numerosos clientes de la bailarina acusaron que ella los drogaba para robarles su dinero, situación que eventualmente llevó al arresto de la ex stripper el 2014 en Nueva York.

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Jennifer grabando Hustlers en Nueva York, Estados Unidos

The Sun explicó además que la mujer “se fijaba en hombres con anillo (de matrimonio) y (también) que si pudieran recordar lo que sucedió o no. A menudo estaban demasiado asustados de que sus esposas se enteraran de su noche“.

Años mas tarde, fue condenada a “cinco años de libertad condicional por conspiración, asalto y hurto a gran escala“, según reportaron medios de la época.

Clientes adinerados

“(Había) muchos tipos de Wall Street. Teníamos un sujeto que gas­taba 300.000 dólares ($202.110.000 en pesos chilenos) en una semana”, contó a The Cut, Roselyn Keo, una ex colega de Samantha, quien además inspira a otro personaje de la cinta protagonizada por Jlo.

Keo confesó que la historia de ambas comenzó en el oscuro mundo de los clubes de striptease de Manhattan, en Nueva York, a principios de la década de 2000.

Roselyn, ahora de 34 años, le contó a USA Today que en ese entonces “todos querían trabajar con ella porque tenía muchos clientes y sabía cómo trabajar“.