Es sabido que la vitamina D trae múltiples beneficios para nuestro organismo. Si bien el cuerpo la produce cuando nos exponemos directamente al sol, durante los periodos de confinamiento podríamos perder estas propiedades.

“La vitamina D juega un papel clave en la respuesta del sistema inmune contra las infecciones, incluyendo acciones antimicrobianas y la modulación de la respuesta inflamatoria“, explicó Marco Urra S., nutricionista y diplomado en Nutrición Deportiva a Página 7.

En primer lugar, debes saber que se trata de un grupo de prohormonas liposolubles que consta de 5 vitaminas diferentes, siendo las formas más importantes la vitamina D2 (ergocalcifero) y la vitamina D3 (colecalciferol). “Este último derivado de los rayos UV los cuales activan el precursor 7-deshidrocolesterol de la vitamina D3 en la piel”, detalla.

De ese modo, el especialista advierte que la deficiencia grave de vitamina D aumenta el riesgo de mortalidad en enfermedades infecciosas. “Ahora que no tenemos tanta exposición al sol por la cuarentena, por la región o localidad donde nos encontremos, cuesta un poco más obtener los beneficios”, reflexionó.

Si bien la vitamina D no disminuye el riesgo de contraer coronavirus, la evidencia científica sugiere que es importante para modular la función inmune del cuerpo.

“Los bajos niveles están asociados con múltiples enfermedades relacionadas con el sistema inmune (…) Hay evidencia menos convincente de que la vitamina D es una estrategia de tratamiento efectiva para enfermedades autoinmunes y enfermedades infecciosas, con algunas excepciones”, precisó.

Contexto | FreePiks
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¿Es recomendable consumir suplementos de vitamina D?

El nutricionista evidenció que la población en general presenta un déficit de vitamina D debido a la poca exposición al sol. Así como también por la mala alimentación. “Otros motivos son el teletrabajo que nos mantienen encerrados durante todo el día”, plantea.

Según cifras de la última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, el 52% de las mujeres en edad fértil y el 59% de los adultos mayores, presenta algún grado de deficiencia de vitamina D.

Por lo anterior, se podría recomendar tomar un suplemento de esta vitamina, sobre todo en las épocas de otoño a invierno.

“Lo importante es siempre corroborar los niveles de vitamina D con exámenes bioquímicos y asesorados por un profesional nutricionista, quien va a determinar el tipo de suplemento, dosis y tiempo de tratamiento, además de reforzar con un plan nutricional personalizado”, explica Urra.

Asimismo, advierte que la suplementación en exceso o hipervitaminosis D (ingesta excesiva de vitamina D), puede causar niveles anormalmente altos de calcio en la sangre (hipercalcemia). “Esto puede dañar seriamente los riñones, los tejidos blandos y los huesos con el tiempo”, describe.

“Unos de los síntomas más comunes son: estreñimiento, disminución del apetito (anorexia), deshidratación, fatiga, orina frecuente o eliminación de grandes cantidades, irritabilidad, debilidad muscular, vómitos, sed excesiva, presión alta”, explica sobre los riesgos de una suplementación en exceso.

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¿Dónde encontrar la vitamina D?

La vitamina D2 se sintetiza a partir del ergosterol y se encuentra en levaduras, hongos secados al sol e irradiados con radiación ultravioleta, y plantas.

La vitamina D3 se sintetiza de manera endógena a partir del 7-deshidrocolesterol en la piel por exposición al sol (10 a 15 minutos son más que suficientes), y se encuentra naturalmente en el aceite de hígado de bacalao y los pescados grasos (salmón, por ejemplo).

“Otra alternativa son las leches y productos lácteos, algunas bebidas vegetales fortificadas que son elaboradas como alternativa a productos lácteos para personas vegetarianas y veganas, también en harina de trigo y sus alternativas para el caso de pacientes celíacos”, concluyó el especialista.