Desde que comenzó la cuarentena a lo largo del mundo, las familias se han visto obligadas a quedarse en sus casas mientras pase la crisis sanitaria. Esto ha provocado cambios en las vidas de todos, sobre todo en sus rutinas.

En este contexto, muchos han estado preocupados por su alimentación.

Sin duda en estos tiempos puede que tengamos más ansiedad de comer ciertas cosas, como los dulces. Sobre todo si disfrutas de comer galletas o queques.

¿Debemos cuidarnos de estos tipos de alimentos durante esta época? En Página 7 nos contactamos con algunos especialistas, y nos dieron su visión respecto a lO que comemos en la cuarentena.

La nutricionista de Clínica Ciudad del Mar, Lilian Contreras, explica que sí podemos “consumir cosas dulces, pero debemos adecuarlas a nuestros requerimientos y características; las personas que no pueden consumir azúcar, deben buscar opciones con endulzantes y quienes no tengan problemas metabólicos con la glicemia o insulina pueden consumir azúcares con moderación, evitando que estos alimentos desplacen otros esenciales como las frutas, vegetales, proteínas”.

Lilian detalla que podemos consumir estos productos con moderación. De hecho, es mejor hacerlo de esta forma que privarnos de hacerlo, ya que nos puede generar trastornos alimenticios. La clave es tener conciencia de cuánto comemos, con qué frecuencia y sabiendo si nuestro cuerpo los metaboliza bien.

Por otro lado, el hecho de evitar cualquier tipo de azúcar nos puede llevar a empezar dietas o planes de alimentación especiales durante esta época, lo que no es recomendable según detalla la nutrióloga de la Clínica Vespucio, Carolina Navia.

“En general no es aconsejable comenzar una dieta en período de cuarentena. Esto ya que estamos más susceptibles a cambios en nuestro estado emocional, por lo que van a haber días en que estemos más ansiosos, lo cual haría que la dieta no sea llevada en forma regular, frustrándonos por no ver los resultados que esperamos y pudiendo aumentar así el riesgo de desarrollar un trastorno de alimentación”, detalla la doctora.

“Esto no quiere decir que descuidemos nuestra alimentación sino que, en vez de hacer una dieta restrictiva, mejor tratemos de mantener hábitos de alimentación saludables”, añade.

Especialistas explican los cuidados que hay que tener con las cosas dulces durante la cuarentena
Pexels (cc)

¿Qué hacemos entonces con la ansiedad de comer cosas dulces? La clave es no desordenarnos, pues esto es lo que justamente nos genera la necesidad de consumir azúcar, ya que nuestro cuerpo es muy hábil y de forma instintiva sabe que los dulces son energía de rápida absorción, detallan las especialistas.

Por lo mismo, Lilian Contreras asegura que lo mejor es buscar saciedad en otros alimentos, como los vegetales y en productos altos en fibra, incluyendo grasas saludables, proteínas; sin olvidar un consumo de agua constante y comiendo lento.

“Una alimentación organizada y adecuada para cada persona evita un poco esta sensación, si aún así son de las personas que prefieren las cosas dulces, buscar opciones que sean más saludables, partiendo por la fruta, luego hay preparaciones dulces saludables en que se reemplazan algunos ingredientes como el azúcar por frutas, otras fuentes de dulzor o endulzantes. Se pueden utilizar harinas con mayor aporte de fibra, para aumentar saciedad, fuentes grasas saludable o altos en proteínas. Recordar que estas opciones no son libre de calorías y las debemos adecuar a nuestras comidas diarias, es decir, no comer como comidas extras si no como reemplazo de otras comidas”, agregó la nutrióloga.

Sobre esto, la doctora Navia entrega una pauta que podría ser de mucha ayuda, si queremos evitar tanto alimento dulce.

Se aconseja mantener la ingesta de 5 porciones de frutas y verduras al día (combinando distintos colores, aumentando así el aporte y diversidad de nutrientes), proteínas de alto valor biológico (lácteos, huevos, carnes rojas o blancas bajas en grasas), omega 3 (proveniente de mariscos y pescados grasos como el salmón, atún, jurel), legumbres y cereales integrales (pan, arroz, pasta, etc.) y grasas saludables (provenientes del aceite de oliva, frutos secos y semillas). Es de igual importancia también mantener una correcta hidratación.