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Sociedad

Wolfenson Abogados
El abogado Ariel Wolfenson Rivas ha construido una imagen de éxito en redes sociales, destacando por su vestimenta lujosa y aparentes logros profesionales, incluyendo apariciones en rankings de prestigio. Sin embargo, se han revelado inconsistencias en la información proporcionada en su página web, donde supuestos colegas no aparecen en registros oficiales. Además, se le acusa de haber cobrado por apariciones en portales digitales y enfrenta una querella por presunta estafa en una transacción inmobiliaria con un cliente checo, quien demanda la devolución de 25.600 dólares. A pesar de las acusaciones, Wolfenson se niega a dar explicaciones y ha intentado frenar la publicación de información al respecto.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesAriel Wolfenson Rivas se presenta en redes sociales como un abogado de éxito. Trajes a la medida, relojes de lujo y viajes por el mundo forman parte de la imagen que proyecta ante miles de seguidores, donde además recibe felicitaciones y comentarios de admiración.
Incluso ha aparecido en rankings de plataformas como Bestlawyers o Leaders in Law.
Sin embargo, detrás de esa vitrina hay una historia que genera dudas. En su página web asegura trabajar con un equipo de profesionales especializados, con nombres, casas de estudio y áreas de experiencia detalladas.
El problema es que esos supuestos abogados no figuran en la base de datos del Poder Judicial ni en las universidades que menciona, informó T13.
Wolfenson juró como abogado hace seis años, tras estudiar en la Universidad Diego Portales.
En su currículum también figuran dos postgrados y un curso en Harvard. Su estudio acumula una valoración de 4,1 estrellas en Google, lo que refuerza la imagen de prestigio que intenta consolidar.
Pero en distintos foros se asegura que muchas de sus apariciones en portales digitales han sido pagadas. En sitios como Losmejoresabogados.es, por ejemplo, se puede contratar un perfil con foto, link y reseña por 50 euros cada mil caracteres.
Sin embargo, su prestigiosa carrera mostrada en el mundo digital es muy diferente de la realidad que muestran alguno de sus clientes.
Uno de los episodios más controvertidos involucra a un policía checo que buscaba comprar una parcela en Puerto Chacabuco, región de Aysén. El extranjero, tras jubilar, decidió invertir en Chile y contactó a Ariel Wolfenson como representante legal.
En los correos iniciales, el europeo fue claro: “Buenos días, soy de la República Checa y quisiera consultar si existe la posibilidad de representación por su parte en relación con la obtención del RUT, la posterior compra del terreno y la revisión de los contratos”.
Durante un mes se intercambiaron documentos y se realizaron depósitos. El mayor alcanzó los 25.600 dólares (unos 25 millones de pesos). Sin embargo, Wolfenson comunicó que la transacción no era viable por problemas en los planos, conflictos ambientales y supuestas fallas en el mandato notarial.
El comprador exigió la devolución del dinero, pero hasta hoy no lo ha recuperado. Por esa razón presentó una querella en contra del Ariel Wolfenson, declarada admisible.
El Ministerio Público tomó el caso y este lunes un tribunal deberá debatir sobre la solicitud de sobreseimiento definitivo que pidió Wolfenson.
Lo llamativo es que el policía extranjero sí logró adquirir la misma parcela, utilizando la documentación que Wolfenson había descartado. Aquello abrió la puerta a la figura de “apropiación indebida”, que ahora investiga la justicia.
Consultado por T13, Wolfenson rechazó dar una entrevista. Además, interpuso un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Valparaíso para intentar frenar la publicación del reportaje, aunque este fue declarado inadmisible.