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Contexto | Canva
Un avance científico chileno busca cambiar la forma en que consumimos pan en el país a través de un trigo genéticamente editado para aumentar su contenido de fibra. La startup Neocrop Technologies, en alianza con semilleras locales y extranjeras, logró la aprobación del SAG para iniciar ensayos de campo. Mediante la técnica CRISPR, se silenciaron genes existentes en la planta sin añadir genes externos, lo que permitirá al pan blanco tener entre 5 y 10 veces más fibra. Este desarrollo podría mejorar la salud de la población al controlar el peso y reducir el riesgo de enfermedades como la hipertensión y la diabetes, aunque su valor nutritivo podría hacer que el producto sea más caro.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesUn avance científico chileno busca cambiar la forma en que consumimos pan blanco en el país. Se trata de un trigo editado genéticamente para aumentar su contenido de fibra, con el objetivo de combatir el bajo consumo de este nutriente entre la población.
La semana pasada, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) dio luz verde para que esta variedad comience sus primeros ensayos de campo, lo que marca el inicio de su cultivo a gran escala, consignó BioBioChile.
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El desarrollo corresponde a la startup nacional Neocrop Technologies, en alianza con la semillera chilena Campex Baer y la argentina Buck Semillas. La meta es clara: mejorar la alimentación en países como Chile y Argentina, donde el pan blanco —pobre en fibra— es parte fundamental de la dieta diaria.
Aunque se trata de un trigo genéticamente editado, no debe confundirse con un transgénico. Como explicó Daniel Norero, biotecnólogo y fundador de Neocrop, no se añadieron genes externos. En cambio, el equipo utilizó la técnica CRISPR, conocida como “tijeras moleculares”, para modificar y silenciar genes existentes en la planta.
“Es, en simple, una tijera molecular con la que tú puedes cortar ADN, cortar y pegar, y hasta hoy en día mayormente se ocupa para cortar y silenciar genes, entonces de esa trabajas con el ADN de la propia planta, no agregas nada de afuera”, explicó.
Este tipo de cambios, indicó, podrían haber ocurrido de manera natural con el tiempo. El SAG ya verificó que la nueva variedad no contiene transgenes, lo que le permite avanzar a la siguiente etapa.
En Chile, el consumo promedio de fibra no llega a los 12 gramos diarios, menos de la mitad de los 25 gramos recomendados.
Con este trigo, la harina blanca podría tener entre 5 y 10 veces más fibra que la tradicional, sin alterar el sabor del pan. “Entonces con una porción de pan, por ejemplo, dos rebanadas, esperamos poder suplir por lo menos la mitad diaria de fibra“, ejemplificó Norero.
Los beneficios potenciales incluyen control de peso y menor riesgo de hipertensión y diabetes. Sin embargo, su mayor valor nutritivo podría encarecer el producto, aunque los precios podrían bajar con una demanda sostenida.
Para el especialista, la gran ventaja es que este trigo permitiría elaborar pan blanco con el mismo sabor de siempre, pero con un plus para la salud, algo clave en una región donde el pan integral no goza de gran aceptación.