Una clara señal de alerta fue la que dio la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a la variante Ómicron del COVID-19: llamó a “suspender” las celebraciones de fin de año.

Fue el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien se refirió principalmente a la velocidad con que se propaga esta nueva variante, mucho más que Delta.

“Ahora hay pruebas consistentes que Ómicron se está propagando de una manera significativamente más rápida que la variante Delta”, señaló Tedros, indicando que también estaría afectando a personas ya inoculadas, informó Reuters.

“Es más probable que las personas vacunadas o recuperadas de COVID-19 puedan infectarse o reinfectarse”, enfatizó, aludiendo a los festejos de Navidad y Año Nuevo, en lugar de “celebrar hoy y estar de luto mañana”.

La preocupación de Tedros en este sentido va en la línea de que las diversas celebraciones alrededor del mundo, derivarían en “un aumento de casos, sistemas de salud colapsados y más muertes”.

De todas formas la OMS entregó una cuota de esperanza, para vislumbrar el fin de la pandemia, con el desarrollo de vacunas de segunda y tercera generación, sumado al desarrollo de tratamientos antimicrobianos y otras innovaciones.

“(Esperamos) consignar esta enfermedad de una forma relativamente leve, que se pueda prevenir y tratar fácilmente (…) y que se pueda hacer frente fácilmente a esta enfermedad en el futuro”, dijo Mike Ryan, experto en emergencias de la OMS.

“Si podemos mantener la transmisión del virus al mínimo, podremos poner fin a la pandemia”, sentenció Ryan.