En 1980, la vida de Bobby Shafran cambió radicalmente cuando llegó por primera vez al campus de la universidad pública de Sullivan, Nueva York.
A los 19 años nunca había sido popular, así que su arribo a la casa de estudios le generó un enorme nerviosismo. Pese a ello, gran parte de los estudiantes lo saludaban como si lo conocieran.
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Cuando entró a su cuarto la confusión creció aún más, ya que un alumno golpeó la puerta para preguntarle si era adoptado y si su cumpleaños era el 12 de julio. Fue ahí cuando se dio cuenta que tenía un hermano gemelo.
Tras la sorpresa, se enteró que un joven llamado Eddy Gallan, había cursado y abandonado la facultad un año antes. Debido a esto, tomó sus cosas y recorrió más de 200 kilómetros para encontrar a este misterioso familiar.
Este hecho era el comienzo de una historia que recorrió el mundo y que fue retratada en el documental Three Identical Strangers (Tres extraños idénticos), de Tim Wardle, el cual debutó en Sundance en 2018, ganando el Premio Especial del Jurado, y que actualmente está disponible en Netflix.
“Sus ojos eran mis ojos, los míos eran los suyos”, relató Bobby, detalló Infobae.

“Queríamos ser iguales”
En tanto, en un suburbio de Nueva York, David Kellman se enteró por su mejor amigo que había otras dos personas idénticas a él. Luego de reunirse con su madre adoptiva, se comunicó con sus hermanos.
Él junto a Bobby Shafran y Eddy Galland habían sido entregados a tres familias diferentes por la agencia Louise Wise Services, colectividad judía que fue cuestionada por los padres adoptivos ya que no se les comunicó que sus hijos tenían hermanos idénticos.
Según el citado medio, el organismo aclaró que los niños fueron separados al nacer por su bien, ya que consideraron que era difícil que alguien quisiera adoptarlos a todos.
La algarabía era enorme para los hermanos que se convirtieron en inseparables, y que incluso ganaron fama por su historia, protagonizando portadas de populares revistas como Time y People.
“Vimos en que éramos iguales, y lo enfatizamos. Queríamos ser iguales, como si nos enamoráramos de nosotros mismos”, mencionó Bobby aquel entonces.
La fama los llevó a noches de sexo, drogas y rock n’ roll, siendo invitados constantemente a programas de televisión, e incluso hicieron un cameo con Madonna en Buscando desesperadamente a Susan (1985).
El éxito los llevó a abrir un restaurante, el cual llamaron Triplets, el cual facturó cerca de un millón de dólares en el primer año, informó Daily Mirror.

Un trágico final
En paralelo a su popularidad y éxito en los negocios, los hermanos comenzaron una extenuante búsqueda de su madre biológica, la cual lograron conocer en un bar, donde les reveló que los había tenido cuando era muy joven y que sufría de alcoholismo, sin embargo, ese encuentro sería el comienzo de una larga historia de manipulación y engaños.
La tragedia comenzó cuando las cosas se complicaron con el negocio, lo que motivó a Bobby a dejar la sociedad, lo que sus hermanos consideraron una traición, por lo cual se distanciaron.
Debido a un trastorno maníaco depresivo, Eddy tuvo que ser internado en un psiquiátrico. Sus fantasmas lo acompañaron de por vida y el 16 de junio de 1995 se suicidó.
Ese mismo año, el destacado periodista y ganador del Pulitzer Lawrence Wrigth publicó en el New Yorker un artículo en el que destapó un macabro estudio. Los hermanos no habían sido entregados a distintas familias para facilitar el proceso de adopción, sino que más bien se trató de una investigación científica ideada por el psiquiatra infantil Peter Neubauer, con la finalidad de comprender qué influye en el comportamiento humano.
“Nos estudiaron como ratas de laboratorio”
Los tres fueron observados desde su infancia, recibiendo visitas domiciliarias de investigadores, los que afirmaban que era solo para saber el estado de los niños, además de ser grabados mientras jugaban.
El engaño era tal que fueron entregados a familias de diferentes clases sociales: una acomodada, otra de clase media y una de clase más baja, para así analizar los diversos factores que influyen en su crianza y desarrollo.
“Nos separaron y nos estudiaron como ratas de laboratorio”, afirmó David Kellman.
Luego de la muerte de Neubauer, todo el material de su investigación entre 1960 a 1980, quedó en una universidad en Yale, la que tiene embargo hasta 2066. A ella solo tiene acceso la Junta Judía de Servicios para Familias y Niños, gracias a lo cual Bobby y David pudieron revisar el material.
Cuando lo hicieron, tampoco pudieron llegar a alguna conclusión formal, ya que los informes estaban escritos de forma impersonal.
“No necesito leerlo en ningún lado, que fuéramos iguales no significa que la biología marcara nuestro destino. Lo que nos definió fue la crianza”, señaló Bobby.

Captura | Three Identical Strangers



