Este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un recuento oficial de los estudios clínicos en humanos que se están realizando para encontrar una vacuna capaz de detener el avance del COVID-19 en el mundo.

Según indicó el organismo, hay 44 ensayos clínicos, y de esos, diez están en la fase 3, la etapa más avanzada donde se hacen pruebas en miles de personas voluntarias alrededor del mundo.

En tanto, las otras 34 vacunas se están estudiando en fase 1 -etapa experimental en menos de 100 personas- y fase 2 -ensayos iniciales con un número máximo de 500 personas-, mientras que 154 están en fase preclínica (o cuando son probadas en animales).

El listado de las que están en esta etapa incluye a las tres vacunas que se estudiarán en Chile: la Sinovac Biotech, la de la Universidad de Oxford/Astrazeneca y la de Janssen Pharmaceutical Companies.

Y también incorpora a las vacunas del Instituto Biológico de Wuhan y del Instituto Biológico de Beiging, que trabajan con Sinopharm; las otras vacunas chinas de la Academia de Ciencias junto al Instituto de Microbiología y de la Academia de Ciencias Médicas; la propuesta rusa del Instituto de Investigación Gamaleya; la vacuna Novavax de Moderna; la del laboratorio Pfizer junto a Biontech; y la alemana Curevac.

Diez vacunas en fase 3

Para el subdirector del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), Flavio Salazar, que existan tantas propuestas es positivo, aunque advierte que mientras ninguna haya sido probada por alguna agencia regulatoria, siguen siendo prototipos de estudio, según explicó a La Tercera.

Y agregó: “Desde el punto de vista de la producción, una sola vacuna no alcanza. Se necesitan varias posibilidades, con diferentes estrategias sería posible controlar al virus en el menor tiempo posible. Pero sin olvidar que cualquiera que sea la plataforma tecnológica, el resultado final es que proteja y detenga la propagación, ese es el objetivo social”.

Por su parte, el investigador del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) de la U. de Chile, Matías González, señaló al diario que para que esta “cruzada” sea exitosa, al menos tres vacunas de las diez que se están probando deberían autorizarse.

“El virus puede mutar, y si eso ocurre y una vacuna queda afuera, se podrían utilizar las otras que atacan a otras partes del virus que no mutaron o logran producir una inmunidad de otra manera”, explicó González.