Ante la pandemia de COVID-19 que azota al país y al mundo, diversas son las medidas que han comenzado a adoptarse para evitar el contagio de este.

No obstante, la alta demanda de guantes y mascarillas ha llevado a que las personas busquen otras opciones para evitar exponerse, fabricando algunas de telas y otras de papeles desechables.

Sin embargo, estas no son del todo efectivas, por lo que se debe tener mucho cuidado al confiar un 100% en su uso, según asegura un estudio del 2009 de la Universidad de Cambridge, en medio de la pandemia de H1N1.

“Nuestros hallazgos sugieren que una mascarillas caseras solo debe considerarse como un último recurso para prevenir la transmisión de gotas de individuos infectados, pero sería mejor que no tener protección”, sostiene el grupo de científicos en la investigación.

Por otro lado, las mascarillas de tela no tendrían ningun efecto en el punto de vista de actuar como un filtro para el virus, aunque esta se lave de forma adecuada.

“Las mascarillas de tela desaparecieron hace varios años de los hospitales. La mascarilla deja de ser útil cuando se humedece, hay que cambiarla. Las mascarillas hechas de papel o de toalla nova la única cosa que hacen es dar una falsa sensación de seguridad, tienen ese riesgo”, sostuvo a 24horas, el médico infectólogo Guillermo Acuña.

Cabe señalar, que la idea de utilizar mascarilla se debe limitar a quienes presenten síntomas, y no así a toda la población.