Terminar una carrera universitaria es, sin duda, motivo de orgullo para quien cumple con este propósito y también para su entorno cercano como familiares y amigos.

Por lo general, una vez que se llega a esta etapa, las personas entregan sus agradecimientos a quienes los ayudaron a cumplir este objetivo, y que por lo general son los padres o tutores.

No obstante, hay ocasiones en que estos mensajes pueden destacar por ser tremendamente emotivos, como una carta que escribió un joven argentino llamado Christian Amarilla, quien se tituló recientemente como Ingeniero Químico en la Universidad Nacional del Sur.

Fue a través de Facebook que el ahora profesional, oriundo de Bahía Blanca, Argentina, compartió una carta en la que habló de lo difícil y satisfactoria que fue esta experiencia.

“Soy la bolsa de pan con mermelada que me daban las porteras al terminar la escuela para que me lleve a mi casa. Soy el club de barrio que me permitió entrenar básquetbol durante 11 años sin cobrarme cuota social y pagándome el transporte para que pueda ir a los partidos. También soy los botines de fútbol 5 que usaba de niño para jugar al básquetbol por no tener otras zapatillas”, partió escribiendo en la publicación que ya se volvió viral con más de 18 mil ‘me gusta’.

Soy ropa prestada de mis amigos para salir a bailar. Soy las actividades que hicieron mis compañeros del secundario para pagarme el viaje de egresados. Soy el bullying que sufrí en a la adolescencia por tener la piel más oscura que el resto. Soy los 30 kilómetros en bicicleta que hacía mi viejo todos los días para ir a dos trabajos por migajas de pan. Soy el dolor de espalda que hoy siente por las noches por tener que seguir laburando a pesar de su hernia de disco, soy también sus calambres”, continuó.

Hacia el final de la misiva, da cuenta de la difícil realidad que vivió en su familia para llegar al lugar donde está. “Soy el hambre que pasaron muchas veces los dos, para que yo y mis hermanos comiéramos la poca comida que había. Soy la beca que me dio la oportunidad de ir a la Universidad. Soy carpetas prestadas. Soy el tiempo que me regalaron mis amigos preparándome para que llegue bien a un examen. Soy horas en la sala de lectura”, agregó.

Su publicación ha emocionado a muchas personas y por lo mismo ha sido compartida más de 11 mil veces, destacando todos los esfuerzos que tuvo que hacer, tanto él como su familia, para convertirse en el orgulloso profesional que es hoy.