La empresa norteamericana Mattress Advisor encuestó a más de mil estadounidenses sacando interesantes conclusiones respecto al comportamiento de hombres y mujeres, solteros y comprometidos, respecto al uso y cambio de sábanas de su cama.
Si bien los expertos recomiendan cambiar las sábanas cada una semana, lo cierto es que esta encuesta determinó que las personas solteras cambian en promedio su ropa de cama después de 37 días, mientras que las que están en pareja, lo hacen cada 22.
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De acuerdo a los datos consignados por el medio británico Daily Mail, existe una gran diferencia en la frecuencia de cambio entre hombres y mujeres. Mientras los primeros esperan casi 30 días para cambiar sus sábanas las mujeres dejan pasar 19 días.
Pero sin duda el dato más sabroso que arrojó este estudio, es que cuando se trata de relaciones sexuales, los hombres cambian recién sus sábanas pasado los 18 días. Una diferencia abismante con las mujeres, pues ellas esperan solo dos.
En la misma línea, la encuesta aplicada por Mattress Advisor, reconocida compañía que ofrece evaluaciones y clasificaciones de colchones, reveló que las personas que duermen desnudas o que no se duchan antes de acostarse esperan 19 días para revisar y cambiar sus sábanas.
En el caso de las almohadas, los resultados también son sorprendentes, pues podríamos pensar que es más fácil que las cambien, pero no es así. ¡Las fundas pasan mayor tiempo sin lavar que las sábanas! De hecho, las personas que salivan durante el sueño, esperan más de un mes para cambiarlas.
En general, esta reciente encuesta reveló que las personas solteras son los que tienen los peores hábitos de limpieza.
Cabe señalar que las personas pasamos casi un tercio de nuestras vidas en la cama, lo que equivale a unas 56 horas por semana. En ese tiempo el sudor, aceite corporal y células muertas de la piel quedan impregnadas en nuestra ropa de cama. Además, conforme pasa el tiempo éstas se van llenando de hongos, bacterias, polvo, suciedad, polen y otros alérgenos que se acumulan en la ropa sucia y en los colchones.
Por último, los investigadores determinaron que las personas en relaciones de pareja tenían más probabilidades de limpiar sus sábanas, tanto así que las casadas tenían el tiempo promedio más corto entre cambios de sábanas.
