Los estornudos son una de las reacciones más incómodas de los resfriados o las alergias, pues llegan en cualquier momento y no siempre es posible controlarlos.

Esta reacción es “causada por la irritación de las membranas mucosas de la nariz o garganta. Puede ser muy molesto, pero rara vez es signo de un problema grave”, consignó el portal MedlinePlus, de la Biblioteca de Medicina de EEUU.

Sin embargo, los estornudos son reacciones sumamente poderosas. De acuerdo a Cosmopolitan, estos pueden viajar a una velocidad de hasta 160 kilómetros por hora, y a una distancia de 48 kilómetros, por lo que al momento de pensar en aguantarlos suena bastante terrible.

Pero, ¿te has puesto a pensar en qué le sucede a tu cuerpo al intentar controlar la expulsión de este aire?

De acuerdo al otorrinolaringólogo Dale Tylor, esta situación sí puede generar daños, no obstante, estos habitualmente no son graves.

“Puede existir algún riesgo de heridas si es un estornudo demasiado violento, con el aire empujando hacia la región de la órbita del cerebro (…) la presión de un estornudo se podría redirigir a tus senos nasales y cráneo en lugar de salir de la nariz y la boca, lo que significa que puedes obtener pequeñas lagunas en el hueso que separa la nariz y los ojos o la nariz y el cerebro”, comentó el especialista, según consignó Cosmopolitan.

A pesar de que esta explicación suena un poco alarmante, el profesional aseguró que no hay de qué preocuparse, pues estas pequeñas heridas que se generan sanan solas y ni siquiera te darás cuenta que fueron provocadas.

Sin embargo, aunque reprimir un estornudo no genera grandes problemas, en casos aislados podría causar algunas infecciones, según aseguró el médico general Moisés Robledo del Corro al diario español El País.

“El estornudo es un acto reflejo mediante el que se produce la expulsión de aire pulmonar a través de las fosas nasales y, en ocasiones, también por la boca. Habitualmente, se produce en respuesta a algún factor desencadenante físico, químico, alérgico o infeccioso, siendo un mecanismo defensivo de nuestro organismo”, manifestó Robledo.

El experto agregó que “reprimir un estornudo produce los efectos contrarios a los comentados: no se produce el arrastre de partículas irritantes o gérmenes, y la fuerza del aire actúa contra los propios tejidos, lo que explica las posibles consecuencias que dicha actuación ocasionaría. Los gérmenes presentes pueden ser desplazados hacia zonas más internas de la fosa nasal, senos paranasales u oído medio, colonizando dichas zonas y produciendo o agravando infecciones”.

Aunque lo mejor es no evitar los estornudos, recuerda siempre hacerlo tapando tu boca y nariz, y ojalá cubriendo estas zonas con un pañuelo para no esparcir tus virus y contagiar a quienes están a tu alrededor.