Hace más de un año que Diana Bolocco comenzó a practicar yoga al menos dos veces por semana, sin embargo, hace un mes la animadora descubrió una nueva modalidad en esta disciplina que la tiene a un metro y medio del suelo: yoga aéreo.

De a poco la conductora de Canal 13 ha ido aprendiendo nuevas posturas de esta disciplina, que le han ayudado a combatir fuertes dolores que sufre en su espalda: “Es una disciplina donde una especie de columpio te ayuda a hacer posturas en el mat y además te da la posibilidad de colgarte y hacer otras posturas suspendida en el aire”, comentó Diana al diario Las Últimas Noticias.

A través de su cuenta de Instagram @dianaboloccof, la menor de las Bolocco compartió una imagen que muestra parte de la rutina.

Instagram | Diana Bolocco
Instagram | Diana Bolocco

“El yoga en general ayuda a tonificar, mejora la elasticidad del cuerpo y permite una mayor conexión con tu espíritu interno. El yoga aéreo es todo eso y más, porque al estar más tiempo en posición invertida la cabeza se irriga mejor”, aseguró la animadora.

Pero para Diana, esta disciplina no es tan sólo una forma de desestresarse, sino que también la ha ayudado a trabajar su cuerpo: “Ahora duermo mucho mejor. Mi musculatura se ha fortalecido. Pero lo más importante, para mí, es la flexibilidad que me da. Yo tengo muchos dolores en la espalda porque tengo lordosis (curvatura más pronunciada de la columna lumbar) y con otro tipo de ejercicios, como correr, trotar y hacer pesas, se me empiezan a poner rígidos los músculos”.

De hecho, la ex reina de Viña del Mar está tan motivada, que los días que no asiste a la academia donde practica todos estos difíciles movimientos, un profesor particular va hasta su casa para seguir entrenando.

Sin embargo, pese a que ella se ha sentido muy cómoda con el yoga aéreo, no ha logrado convencer a su esposo Cristián Sánchez para que empiece a acompañarla en esto: “Le he dicho varias veces que lo combine con sus deportes, pero no me quiere hacer caso. En la casa, les enseño a mis hijos más chicos (Facundo, de 5 años, y Gracia, de 2). Les encanta y es increíble ver cómo se les va desarrollando la flexibilidad”, concluyó.