El año pasado, Willow Rae Porter, una bebé que ahora tiene 22 meses de edad, alcanzó a estar apenas 12 días fuera del hospital para retornar y someterse a una serie de exámenes que tiempo después determinaron su fatal diagnóstico.

La pequeña sufre de una enfermedad terminal llamada mucolipidosis II o inclusión celular, una condición terminal que inhibe el crecimiento, la respiración, la función cardíaca y la digestión, siendo Willow uno de los 72 casos confirmados conocidos en el mundo.

Pero eso no es todo, pues las ecografías de su madre, Katie Hanson, de 23 años, permitieron que a ella se le identificara de manera temprana un cáncer cervical, por lo que sin querer, la pequeña Willow, salvó la vida de su madre antes de nacer. “Willow fue mi gran salvadora“, señaló la madre oriunda de Washington, Estados Unidos, agregando: “Si no hubiese estado embarazada nunca hubiera sabido que estaba desarrollando un cáncer cervical“, según consignó el medio inglés The Sun.

Pese a que los médicos le recomendaron interrumpir el embarazo, ella no quiso puesto que no podía permitir no conocer a la niña que había salvado su vida, por lo que después de dar a luz, le quitaron tres pulgadas de su cuello uterino.

Captura | Caters TV
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Para su fortuna, el tratamiento funcionó y ahora Hanson está libre de cáncer y desde entonces ha dedicado su vida a cuidar y hacer feliz a su hija. “Nuestra principal prioridad es mantenerla cómoda y feliz, a pesar de todos los problemas que enfrenta, ella es una niña muy feliz“, aseguró.

En términos sencillos, su enfermedad causa las enzimas que descomponen las sustancias grasas del cuerpo y los carbohidratos complejos, comiencen a fallar, lo que provoca que se acumulen en las articulaciones, los tejidos blandos, los cartílagos y los huesos. En el caso de Willow, se acumula específicamente en sus encías.

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Como ejemplo, un resfriado común puede provocar un colapso en sus pulmones y amenazar su vida. De hecho, ella ha luchado contra la neumonía ocho veces durante su corta vida. Otro síntoma es que a los 18 meses la pequeña dejó de crecer y pesa lo mismo que una bebé de siete meses.

Al ser una enfermedad sin cura, Hanson y su familia están haciendo todo lo posible para mantener a Willow “viva y cómoda. Willow es adorable y le encanta ver a la gente, hablar y siempre tiene un sonrisa para cualquier persona”, señaló.

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