Una pareja que esperaba trillizos se vio enfrentada a una difícil decisión para salvar a uno de sus bebés tras un complejo cuadro médico.

Jemma Haig, de 20 años, y su prometido Murray McKirdy, oriundos de Escocia, estaban en un examen de rutina cuando les revelaron que no esperaban un hijo, sino tres. No obstante, la alegría de la pareja se convirtió en angustia cuando recibieron la noticia de que no todos sus bebés sobrevivirían.

Y es que en la ecografía se determinó que Jemma tenía dos sacos amnióticos. Uno con el embrión de su hijo Thomas, y otro que contenía a gemelos siameses, pues compartían un corazón, el sistema respiratorio y el sistema digestivo.

Tras la noticia, los médicos les dieron dos opciones. Someterse a una reducción selectiva, que es la práctica de abortar a uno o más fetos de las mujeres que tienen embarazos múltiples, o perder a los tres bebés.

Llegamos a la decisión informada de tener una reducción selectiva de nuestros gemelos. Sabíamos que el procedimiento conllevaba riesgos de aborto espontáneo de todos los fetos o un parto prematuro, pero sólo esperamos y oramos por lo mejor“, relató la mujer al medio inglés Metro.co.uk.

Luego del procedimiento, Jemma logró llegar a las 32 semanas y tras una hemorragia, tuvo que se internada en el hospital donde se sometió a una cesárea de emergencia. Así nació Thomas, quien pesó apenas 2 kilos. Fue llevado inmediatamente a la unidad de cuidados intensivos donde permaneció por tres semanas.

A partir de esta dura experiencia, la familia de Jemma decidió asumir un desafío para reunir fondos para la organización Baby Bliss, que asiste a todos los padres que deben visitar a sus hijos prematuros y recorrer largas distancias desde sus casas a los hospitales.

“Nosotros tuvimos que recorrer 32 kilómetros ida y vuelta a diario para visitar a nuestro hijo que estaba en el hospital, pero otros padres deben viajar mucho más. Además, muchas madres están solas en esto porque sus parejas deben volver a trabajar antes. En ese sentido la fundación me ayudó bastante porque pude conocer a otras madres en la misma situación que yo, por eso ahora quiero devolverles la mano”, sentenció Jess.

Por su parte, Caroline Lee-Davey, directora ejecutiva de Bliss, señaló: “Estamos muy agradecidos de que Jemma, Murray y su familia estén recaudando dinero para nosotros. El apoyo de nuestros recaudadores es invaluable para ayudarnos a alcanzar nuestra meta de llegar a cada bebé recién nacido que necesite atención neonatal en el Reino Unido y sus familias“.