Amber Harkin, de 26 años, sufría un grave desorden alimentario que la tenía pesando tan sólo 32 kilos tras comer sólo un paquete de papas fritas al día, sin embargo, su pasión por la danza le salvó su vida.
Su problema comenzó a los 14 años cuando fue diagnosticada con anorexia, pues su cuerpo estaba demasiado débil para, incluso, caminar por sí sola.
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Sus padres hicieron que siguiera un tratamiento psicológico que duró dos años, pero que, lamentablemente, no tuvo el éxito esperado. El peso de la adolescente era cada vez más bajo, tanto, que utilizaba ropa diseñada para niños pequeños (tallas 12 a 13).
Sin embargo, el cambio llegó cuando Amber vio en Facebook un anuncio para unas clases de pole dance. “El baile del pole significa todo para mí. De verdad creo que sin eso hoy en día no estaría viva“, dijo a The Sun.
De acuerdo a lo mencionado por ella, en un principio fue muy difícil tomarle el ritmo, pues su cuerpo estaba muy débil, sin embargo, la entrenadora y terapista Karen Baldwin la ayudó, enseñándole paso a paso cada una de las instrucciones.
“Ella me enseñó a encontrar el inicio a mis problemas alimentarios para así poder enfocarme al cien por ciento en la danza. Mi cuerpo ha cambiado bastante gracias al pole“, señaló.
Actualmente, Amber come sus tres colaciones correspondientes y tiene una saludable talla 6 (38). Es fanática del pole dance, tanto, que sus padres le compraron un tubo para su pieza, donde practica todas las noches. Además, asiste dos veces a la semana a clases junto a su profesora Karen.
“Mi sueño es convertirme en una bailarina profesional de pole, entonces estoy entrenando fuerte para mejorar cada día. Me siento muy optimista por mi recuperación“, finalizó.
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