La anorexia la dejó en 37 kilos: Ahora es concursante fitness de bikini
Una joven anoréxica que llegó a pesar apenas 37 kilos, engañó a la muerte y terminó convirtiéndose en una concursante estrella de certámenes de bikini.
Kaitlyn Davidson, de Sidney, Australia, peleó durante dos años contra un desorden alimenticio que llevó a su organismo a un peligroso nivel. Se le comenzó a caer el pelo, su periodo menstrual se detuvo y los doctores le advirtieron que su corazón podía detenerse en cualquier minuto.
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Pero en 2013, Kaitlyn, quien ahora tiene 23 años, logró salir del abismo en el que se encontraba y comenzó su recuperación física y mental.
Luego de subir casi 20 kilos, la joven a ganar masa muscular para transformar su peso en uno saludable, tanto así que actualmente compite en concursos de fitness en bikini.
En octubre de 2015, quedó en sexto lugar en el primer concurso mundial de belleza saludable y moda.
“Estaba obsesionada con llevar mi cuerpo más allá de mis capacidades, hasta quedar completamente exhausta. Veía a la comida como un enemigo, señala la joven según consigna el medio inglés The Sun, agregando: “El amor y la pasión por el gimnasio y la vida saludable terminaron convirtiéndose en una obsesión mortal“.
Kaitlyn señala que en ese entonces llegó a ir tres veces al gimnasio, y pasaba más de cinco horas por día ejercitándose. El problema es que prácticamente no se alimentaba, por lo que ese desorden se convirtió en algo tan peligroso que en cualquier momento su corazón podía pasarle la cuenta.
Fue en Navidad de 2012, en Hawái, que la joven reconoció finalmente que estaba enferma. Pasaba demasiadas horas en el gimnasio del hotel, controlaba cada comida que consumía. “No podía disfrutar de ir a nadar, por ejemplo, por constantemente tenía frío, no podía estar sin una chaqueta encima“, revela.
“No era capaz de relajarme y disfrutar junto a mi familia porque necesitaba estar en un lugar donde pudiera controlar la comida y realizar todos mis ejercicios, lo que en ese entonces eran mis prioridades“, agregó.
Fue un libro que su mamá le regaló, de la actriz y modelo Portia De Rossi, quien también sufrió de desórdenes alimenticios, lo que le permitió abrir los ojos. “Su historia era demasiado similar a la mía como para ignorarla“, sentencia.
Así, comenzó a identificar sus hábitos con los que compartía la actriz, y de a poco fue dándose cuenta que tenía un serio problema.
Al ver a su país, Kaitlyn visitó a un doctor y un año después ya estaba persiguiendo su sueño de ser una competidora de bikini, con la ayuda de su hermana Ashleigh, quien también compite.
“Mi hermana fue una gran inspiración para mí, sobre todo en el tema de estos concursos. Nos prometimos la una a la otra que alguna vez nos pararíamos juntas sobre un escenario“,indica, y el día que eso pasó, fue el momento más emotivo que ha vivido hasta ahora.
“Ese día estaba toda mi familia y amigos cercanos mirando. Fue una ola de emociones, pero sentí principalmente orgullo. Era un momento que había visualizado durante años, y sabía que en algún momento iba a conseguir ese objetivo“, relata.
Por último, la joven confiesa que lo único que necesitaba era encontrar un entrenador personal que tuviera una mentalidad saludable, y que no solo pensara en cómo me vería sobre un escenario en bikini, sino que creyera en un estilo de vida saludable. Asimismo, agradeció a su terapeuta Melissa Zimmerman, por haber trabajado su salud mental, y así poder superar esa “horrible enfermedad”.
“Aprendí a aceptarme y amarme. Amo cómo se siente mi cuerpo y lo que es capaz de hacer. Ahora estoy en un total equilibrio en mi vida y trabajo día a día por una próxima competición“.



