Emma Thompson, es una joven de 23 años oriunda de Inglaterra, y que sufre de un trastorno obsesivo compulsivo llamado Pica, y que la hace volverse loca por comer esponjas.

Por más de dos décadas esta mujer ha disfrutado de la textura de las esponjas, pero ahora su obsesión llegó demasiado lejos: al día puede llegar a masticar cerca de 20 esponjas

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Para la joven, no existe nada mejor que remojar una esponja con lavalozas de manzana, y luego llevársela a la boca, pero pese que para ella es “un placer culpable”, la verdad es que va mucho más allá de eso.

Comenzó masticando esponjas de baño cuando tenía apenas tres años, antes de descubrir que las esponjas de cocina sabían mejor. Desde entonces se descubrió que sufre de un desorden mental llamado Pica, y que se explica por las ganas irrefrenables de comer sustancias que no tienen ningún valor nutricional, señaló el medio británico The Mirror.

The Mirror
The Mirror

Ella gasta cerca de 6 mil pesos a la semana sólo en esponjas y botellas de lavalozas, y asegura que disfruta su sabor mucho más que el de una comida nutritiva. “Algunas personas se vuelven loca por un bistec, yo prefiero las esponjas“, indicó, agregando “Es un placer culpable, algunos fuman, yo como esponjas. No es un hábito sucio, es higiénico“.

La joven confiesa que apenas ve una esponja le dan ganas de mascar una, e incluso a veces se traga los trozos. Además, dice que no es cosa de todos los días, pues cuando no está en espacios como la cocina o el baño, no le dan ganas. Eso sí, si está estresada, puede llegar a mascar 20.

The Mirror
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Emma también señala que no es algo preocupante para su salud, pues excepto una vez que tuvo amigdalitis, no cree que signifique algún riesgo. Simplemente disfruta hacerlo y hasta su novio y amigos la entienden.