Al momento de organizar un viaje siempre se consideran los costos que estos traen consigo, ya sea en auto, avión, barco, bicicleta, o el medio de transporte que se estime conveniente para el traslado, todo esto asociado a los gastos de hospedaje y comida.

Este no es el caso de Ben Schlappig, un joven estadounidense de 25 años, quien pese a su corta edad ha logrado lo que es tan sólo un sueño para muchos: Volar, pero hacerlo a un bajo precio burlando a las aerolíneas.

Para conseguirlo, el joven “gringo” tiene su truco: “Desde los 15 años he estado obsesionado con los programas de fidelización y de viajeros frecuentes”, contó a la BBC.

Ben Schlappig | Twitter
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Puntos y más puntos

Conseguir burlar a las aerolíneas parece una tarea difícil, pero no lo es para este fanático de los viajes. Schalappig lo consigue mediante los conocidos puntos canjeables para vuelos. Él señala que la mayoría de estos no provienen de las agencias de vuelo, sino de tarjetas de crédito, cheques de comida, etc. “No tomo ninguna decisión sin tener en cuenta cuántas millas aéreas puedo acumular”, agrega.

Para lograr esto, la BBC recoge que debe tener, por lo menos, unas 40 tarjetas de crédito. Esto mismo lo explica Ben: “en Estados Unidos las tarjetas de crédito pueden ofrecerte hasta 75 mil millas de vuelo a cambio de una compra mínima”. Al perecer el método le funciona, pero no debe caer en la tentación y mantenerse libre de deudas.

Con este sistema de canje, logra conseguir vuelos en primera clase. Viajes que cuestan US$ 30 mil (un millón 800 mil pesos), los paga sólo con centavos de dólar, pero la compra del pasaje también tiene su truco: Comprar los pasajes minutos antes del vuelo, cuando las empresas liberan los asientos que no serán ocupados, o que no se vendieron.

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Viajes, trabajo y lujos

Una vez a bordo del avión, el joven suele realizar dos acciones, dormir durante el viaje o trabajar en PointsPros, compañía de la cual es dueño, y que consiste en una consultora que de asesoría a clientes sobre la correcta manera de realizar itinerarios de viajes. Además de eso, también debe revisar las decenas de solicitudes que recibe en su blog One Mile At a Time.

Así mismo sabe aprovechar los lujos que obtiene al canjear sus millas. “Cuando vuelas con Lufthasa en primera clase, por ejemplo, te llevan hasta el avión en un Porsche”.

Algo si es seguro, Ben nunca tiene claro a donde viajará. “Me levanto cada mañana sin estar seguro a dónde voy a ir ese día, porque la memoria me falla”, sentencia.

Ben Schlappig | Twitter
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