Besarse no sólo es una manifestación de amor, sino que también de diversidad biológica, ya que con un solo besito con lengua una pareja puede compartir hasta 80 millones de bacterias, como concluyó un estudio de la Organización para la Investigación Científica Aplicada (TNO) de Holanda.

Pero para los expertos, esta conclusión no era suficiente: ellos quisieron saber qué tan grande era la variedad de bacterias que entraban en acción junto a los labios y la lengua y qué impacto tenía en nuestra salud.

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Es por eso que examinaron las bocas de 21 parejas antes y después de un beso de 10 segundos, descubriendo que aquellas que se daban nueve de estas muestras de cariño al día, tenían microorganismos similares en la saliva. Esta investigación fue publicada en la revista especializada Microbiome, como detalla el portal BBC Mundo.

Retired Army Gal (cc) | Flickr
Retired Army Gal (cc) | Flickr

Para analizar mejor este fenómeno, un miembro de cada una de las parejas tomó una bebida probiótica (que contienen bacterias positivas para nuestra salud, como el Lactobacillus y la Bifidobacteria). Fue así como determinaron que después de un beso íntimo la cantidad de bacterias probióticas en la saliva del receptor se triplicaron, dando como resultado la transferencia de 80 millones de microorganismos durante diez segundos. Eso sí, esto afecta más a la saliva que a la lengua.

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Uno de los autores de esta investigación, Remco Kort, detalló que “el beso es un gran ejemplo de la exposición a un número gigantesco de bacterias en un corto tiempo. Pero parece que sólo algunas bacterias se afianzan en la lengua”.

Es por esto que este afirma que “las investigaciones futuras deberían examinar las propiedades de las bacterias y de la lengua que contribuyen a este poder de adherirse. Este tipo de investigaciones pueden ayudar a diseñar futuras terapias y ayudar a personas con problemas bacterianos”.

Estos expertos holandeses trabajaron en colaboración Micropia, el primer museo del mundo de microbios, ubicado en Ámsterdam. En una reciente exposición, invitaron a las parejas a unir sus labios y luego a analizar instantáneamente las bacterias que han intercambiado. ¿Te animarías?