Brasil es un país de contrastes, donde los carnavales, alta producción industrial y episodios de violencia están a la orden del día. Pero nunca se había visto a un asesino con la sangre tan fría como Thiago Henrique Gomes da Rocha: un guardia de seguridad que confesó haber matado a 39 personas.
Este hombre de sólo 26 años se convirtió en un asesino serial en 2011 y la magnitud de sus crímenes es tal, que hasta los detectives de homicidios están impresionados:
“Nunca había escuchado de un caso como este”, afirmó Alexandre Bruno Barros, comisario de la Policía Civil del estado de Goiás al medio de noticias BBC Mundo. Y luego agregó que “nunca había oído a una persona con semejante frialdad”.
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120 efectivos policiales se movilizaron el martes para lograr detener a Thiago. Su abogado defensor, Thiago Húascar, argumentó que la confesión era falsa porque lo habían intimidado para sacarle las palabras. Hasta que este viernes admitió que las pericias al arma de Gomes “comprueban que él fue el autor”.

Fue así como su propio abogado pasó de decir que la confesión era falsa, a afirmar que “es enfermo mental” y “tiene que ser tratado”.
Lo que más desconcertó en este caso es que no hubo vínculo alguno entre el asesino y sus víctimas y ni siquiera han logrado dar con un denominador común. “Comenzó matando a homosexuales, después pasó a indigentes y por último a mujeres”, explicó el comisario Alexandre Bruno Barros.
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¿El motivo detrás de todas estas vidas perdidas? “Lo que nos dijo es que salía a la calle con voluntad de matar: no importaba si era mujer u hombre”, dijo Barros.
“Dice que sentía rabia. Mucha rabia. Y que para que pudiera pasarle esa rabia tenía que matar. En seguida sentía angustia y arrepentimiento. Y volvía a matar”, sentenció este funcionario de la Policía Civil.

La investigación comenzó con una serie de asesinatos de mujeres que remeció a la ciudad de Goiânia: desde el caso de una joven de 14 años que estaba sentada en una banca cuando recibió un tiro en el pecho; hasta terminar con otra víctima de 14 años, que esperaba el bus en un paradero cuando un sujeto en moto le disparó dos veces hacia el pecho.
La mayoría tenía el pelo largo y sus edades fluctuaban entre los 13 y 29 años. Pero como sus rasgos físicos variaban, se concluyó que eran elegidas al azar.
Distintas pistas condujeron a su arresto, ya que además de homicidios, aparentemente a Roche le encantaba robar en farmacias y panaderías. Luego de analizar videos de los robos, la policía concluyó que su perfil coincidía con la imagen de un hombre arrancando en moto de las escenas homicidas.
Hoy, este hombre está siendo interrogado caso por caso. “Ya llegaron a casi 60%”, indicó el comisario Barros.