Una fémina baila sensualmente al otro lado de la disco, llamando tu atención. Te acercas lentamente, pensando en qué decir. Hasta que le tocas el brazo, ella te mira y tú balbuceas “¿Quieres bailar conmigo?”: sorprendentemente, la respuesta que ella te dará la decidirá un pequeñísimo grupo de neuronas.

Los científicos quisieron ahondar en lo que ocurre dentro del cerebro cada vez que ocurre un cortejo. Si bien la idea era desentrañar esto en las parejas humanas, una reciente investigación logró dar con respuestas concretas… en las moscas de la fruta.

Esta fue la especie que investigadores de la Universidad Case Western Reserve escogieron para analizar, para así saber qué ocurre en el cerebro femenino cuando un macho se acerca con claras intenciones de cortejarla.

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Se trata de una decisión muy importante para la especie, como informan en el portal noticioso ABC España. Cuando las hembras seleccionan a un compañero, buscan rasgos que les resulten agradables y que se verán en sus descendientes, asegurando la supervivencia de su especie.

Theophilos Papadopoulos (cc) | Flickr
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Antes era totalmente desconocido qué entraba en juego en esta decisión: qué genes, células y circuitos neuronales participan. Pero tras repetidos experimentos con estos insectos, creen haber dado con la respuesta: se trata de un número muy pequeño de neuronas excitadoras (19 en total), las cuales se localizan en tres regiones del cerebro.

“Es notable que un comportamiento tan complejo se pueda generar a partir de un número tan reducido de neuronas”, afirmaron los investigadores.

Además, los científicos descubrieron un gen que, cuando muta, vuelve a la mosca hembra incapaz de decidir si debe aparearse. “Este gen, llamado dati, estaba escondido en una de las regiones más genéticamente inaccesibles del genoma”, afirmó a este medio Rui Sousa-Neves, autor principal de la publicación.

3Peaker (cc) | Flickr
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“Lo que es tan notable sobre dati, es que las hembras que son mutantes por este único gen nunca pueden decidir aceptar machos, no importa cuántos tratan de impresionarlas”, agregó Joseph Schinaman, otro autor de la publicación.

El estudio aún está en pañales, por lo que pasará mucho tiempo antes de que logremos dar con las neuronas que logran que una mujer acepte o no a un hombre que le coquetea. Así que mejor sigan con los tradicionales chocolates y flores.