El pasado sábado 2 de septiembre se estrenó la tercera temporada de Viajando ando, el programa que Dani Urrizola conduce junto a su marido, César Norambuena.

En estos tres ciclos la pareja ha tenido encuentros y desencuentros, los que han sabido superar con el transcurso del tiempo.

Si bien la primera temporada la grabaron juntos, durante la segunda se separaron, y en esta tercera reafirmaron su compromiso renovando votos en Aruba.

En ese contexto, la comunicadora abordó cómo ha sido este tiempo trabajando con César.

“Fue muy difícil al principio. Las primeras temporadas fueron más duras, teníamos esa presión del matrimonio, que esto tenía que funcionar”, inició el diálogo con Página 7.

“Y por otro lado, estábamos en un proyecto enorme en Mega, había muchas expectativas. Además, éramos solo dos los que viajábamos. Tenemos equipo acá que trabaja, pero César y yo grabamos todo”, agregó.

La periodista confesó que aquello les empezó a afectar a todo nivel. “Cuando trabajas con alguien en tu equipo, te puede caer pésimo una persona o puedes tener un encontrón, y ahí uno tiene más tacto para decir las cosas. Pero nosotros no, porque tenemos más confianza”, relató entre risas.

“O si te peleas con alguien de tu trabajo, puedes estar enojado una semana con esa persona, entonces cruzas la calle si no la quieres saludar. Pero en mi caso tenía que estar 24/7 con él”, complementó con humor.

Sin embargo, de a poco las cosas comenzaron a cambiar. “Ya en la segunda temporada nos relajamos mucho. Entre la segunda y la tercera lo pasamos demasiado bien, lo que coincidió con un periodo en que al programa le empezó a ir increíble. A lo mejor esa energía se traspasa”.

 

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En ese sentido, Dani reconoció que “ya aprendimos a manejar un montón de cosas. No nos estresamos con nada, la verdad. Hoy podemos separar las cosas, lo laboral de lo emocional”.

“Estamos muy conscientes de que no es común lo que hacemos”, concluyó.