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Canal 13
Este sábado, se emitirá un nuevo episodio de Siempre hay un chileno, el programa que recorre el mundo en busca de destinos que muestran a compatriotas y sus diversas formas de vivir lejos del país.
Con el humor, cercanía y curiosidad que caracterizan a Marcelo Kiwi, el comunicador guía al telespectador por un viaje fascinante, lleno de contrastes y emociones.
Ahora, Marcelo llegará a Japón, para descubrir un país distinto, profundo y sorprendente, en un capítulo que mezclará historia, tradición, modernidad y la fuerza de los chilenos que hicieron de este país su hogar.
Uno de estos compatriotas será Flavia Baratta, mujer que vive en Fukushima, en la localidad de Aizu Wakamatsu, la mítica ciudad de los samuráis.
Sin embargo, Fukushima es recordada por el feroz accidente nuclear ocurrido en el año 2011: después de un terremoto y posterior tsunami, se provocó la gran fuga de materiales radioactivos, desarrollando una enorme tragedia en la Central Nuclear Fukushima Daiichi.

Para Kiwi, estar en este lugar tuvo un tremendo impacto, señalando que "fue una experiencia muy fuerte. Acá conoceremos a Flavia, una chilena casada con un japonés, quien vivió una de las tragedias mundiales más grandes de todos los tiempos".
"Después de esta gran catástrofe, vivieron mucho tiempo con problemas de radiación, algo muy marcante para todos los habitantes", detalló.
El conductor de Siempre hay un chileno añadió que "la localidad que visitaremos tiene el tamaño de Pucón y, en la actualidad, no tiene problemas de radiación. La ciudad ya está recuperada".
"Eso sí, es impresionante andar por carreteras sin poder detenerte ni bajar ventanas por la radiación".
En ese contexto, enfatizó en que "es muy impactante ir por esos caminos y no poder detenerse. De hecho, estaremos muy cerca de la planta nuclear y, por supuesto, no pudimos parar ni grabar en el lugar porque está completamente cerrado para el público".
"En medio de estos caminos, se ven muchas propiedades cerradas y tapeadas... son casas que tuvieron que quedar abandonadas por la radiación", explicó.

El conductor de Siempre hay un chileno explicó también la razón por la que quiso llegar a esta ciudad japonesa: "Siento que, de alguna manera, se emparenta con el terremoto que vivimos en Chile el año 2010, en relación a toda la reconstrucción y resiliencia que hubo que aplicar en ambos eventos".
"Se nota que fue una tragedia que estuvo presente mucho tiempo en ambos países", sostuvo.
Finalmente, puntualizó que "fue un recorrido muy interesante y enriquecedor, porque siento que, si hay algo en que Chile y Japón se parecen, es en el tema de los terremotos. Ambos países están acostumbrados a este tipo de desastres y sabemos comportarnos frente a estas catástrofes".