Este domingo, en De tú a tú, Martín Cárcamo viajó a la viña El Cuadro de Casablanca, para conversar con Lizardo “Chano” Garrido.
El exfutbolista partió recordando su infancia y sus inicios en el deporte de sus amores, para luego contar su historia de amor.
Cuando lo mandaron de préstamo a Colchagua y luego a Trasandino de Los Andes fue que conoció a Myriam, a los 19 años.
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“Nos casamos con las patas y el buche, no teníamos ni uno. Todo lo mío era incierto, yo jugaba en segunda división”, indicó.
Según sostuvo, Myriam fue el gran pilar en su vida desde ese momento.
“Yo creo que le debo todo a ella en el fútbol. Me permitía jugar tranquilo, entrenar tranquilo. Y yo fui bien egoísta con ella, porque ella quería estudiar, pero empezaron a aparecer los hijos, y yo era súper aprensivo. Ella lo tenía todo bajo control”, dijo.
Emocionado tras ver un video de su esposa, Lizardo recordó cuando se le diagnosticó el cáncer.
“Fui un poco cobarde, porque la vio un oncólogo y yo debería haberle preguntado la gravedad de esto. Pero yo no quería que me dijeran, porque olfateaba que venía mal la cosa. Y me dicen que tiene un cáncer al pulmón”, contó “Chano”.
El ídolo de la Copa Libertadores de 1991 añadió que el golpe para la familia fue terrible: “Cuando le cortaron el pelo ahí fue muy difícil, muy fuerte, para ella fue brutal. Y ahí empezó todo este martirio”.
El infarto de Lizardo Garrido
Tras el fallecimiento de Myriam, en 2018, las consecuencias para él mismo fueron inmediatas.
“A los 18 o 20 días empecé a sentir una angustia fuerte y un dolor en el pecho. Mi hijo asustado me decía que fuera a la clínica. Partí, llegué justo y me dio un infarto. Estuve 10 días en la clínica. Creo absolutamente que fue de pena, yo lloraba todos los santos días. Después del infarto seguí igual”, reveló el futbolista.
Tras un año de llanto, sin embargo, volvió a encontrar el amor, lo que le permitió salir adelante tras esa gran pena.
Según confesó, a esa nueva pareja la conoció en realidad 30 años antes, cuando ella llegó a hacer una clase de aeróbica en una fiesta del Día de la Madre a Colo Colo.
Se reencontraron recién cuando ella vio en un diario sobre su infarto. “Me llamó, le conté lo que me pasó. Me habló por un año o año y medio, aguantó todos mis llantos y mis penas, todos los días llamándome. Seguimos siendo amigos por dos años”, narró, agregando que “yo lo siento como un regalo de la vida. Vilma tiene muchas cosas parecidas a Myriam, es súper partner, súper compañera”.



