La tarde del jueves, las panelistas de Milf estaban hablando sobre la meditación, y en esa instancia Fran Conserva terminó dando detalles de su experiencia en la iglesia evangélica. Si bien ya no está ligada a esa congregación, recordó cosas buenas y malas del período en que asistía cada semana.

“Yo me bauticé evangélica. Me salí de la iglesia, pero era potente cantar con los hermanos. Yo sentía a Cristo“, dijo cuando Berta Lasala reconoció que las cosas tan colectivas la ponían nerviosa.

Sin embargo, la hermana de Claudia Conserva reveló también el lado negativo, que la llevó finalmente a tomar distancia de la religión.

“Era muy radical. Por ejemplo, yo iba a rehabilitación de drogas porque fumaba. Sentía que no era como para tener que ir a las 6 y media de la mañana”, señaló, tomando por sorpresa a sus compañeras.

Mis dos adicciones eran el cigarro y el chocolate, pero me topaba con gente que me pedía un pipazo. Buscaban drogas más fuertes… Esto no era una clínica, era en la misma iglesia. Quedé muy marcada”, añadió.

Fran Conserva rehabilitacion iglesia evangélica
Captura | TV+

La tutora de rehabilitación

“Un día llega a la rehabilitación una de las tutoras, muy descompuesta. Se supone que nadie de los que estábamos ahí podía tomar alcohol, por un compromiso con la religión y todo”, contó también.

“Ella, para atrapar a una compañera de trabajo, la invitó a almorzar para hablarle de Dios y la fe. Pero cuando les sirven los tallarines, ella pregunta si la salsa tenía vino. Le dijeron que sí, y quedó en la disyuntiva de comerse la pasta o parecer loca. O le agradas a Dios o le agradas a la amiga”, explicó Fran.

“Se los comió al final, y lloraba después a mares. Y eso que ella era tutora, ni siquiera era alcohólica. Pero era peor, porque no siguió con su compromiso“, dijo.

Fran Conserva contó por qué se salió de la iglesia evangélica

Finalmente, la panelista y productora de Milf confesó cuál fue el episodio que la llevó a salirse definitivamente de la iglesia evangélica.

“Dejé de fumar 5 semanas y al tiro subí 8 kilos, entonces toda la ropa me quedaba chica y tenía las tremendas pechugas”, recordó.

Un día que se reunieron a orar y cantar, una mujer se acercó a ella y le dijo: “Tú andas con ropa ajustada y se te ven los pechos, vas tentando a los demás hermanos“.

“Le dije que yo a lo mejor parecía prostituta para ella, pero ella era una farisea, porque no estaba viendo el esfuerzo que hice por Dios para dejar de fumar”, cerró molesta.