Paola Troncoso participó en un nuevo capítulo de Juego textual, programa de Canal 13 conducido por Sergio Lagos, donde habló de la fibromialgia, enfermedad que padece hace 18 años.

Al respecto, aseguró que los dolores que sufre son tan grandes, que en una oportunidad pensó en quitarse la vida, pero desistió, por sus hijos.

En ese contexto, una de las panelistas, Yazmín Vásquez –a propósito de su propio padecimiento con el mal de Crohn– le consultó acerca de cómo lo hacía para hacer reír en televisión estando destruida por dentro.

La actriz explicó que era a base de puro esfuerzo.

“En esa época guardaba toda mi energía para el programa (Morandé con compañía), que era en vivo. Un día me pasó que fue tanta mi autoexigencia que estando en el programa en vivo me dio una crisis con convulsiones, me tuvieron que sacar y mis compañeros salvaron la situación”, reveló.

Paola Troncoso y regresión

La protagonista de la serie Paola y Miguelito, también contó que aprendió a manejar sus crisis tras un largo camino de autoconocimiento, ya que se originan por problemas emocionales.

“He probado muchas cosas, pero esta es una enfermedad emocional. Cualquiera la puede tener, se desata por temas como separaciones dolorosas y pérdida de hijos, y yo no estaba bien emocionalmente (…)”, comenzó relatando.

En ese sentido, Paola Troncoso aseguró que “si uno no sana, tu cuerpo va a seguir reclamando. En vez de renegar del cuerpo, hay que darle las gracias”.

“Es el cuerpo el que te avisa con dolor que hay algo que trabajar y que sanar en ti”, explicó, y puntualizó que recurrió a las regresiones para sanarse.

“Me vi suicidándome. Me ahogué en un lago en esa vida anterior. Por eso hasta hace un par de años nunca me pude meter a una piscina. Le tengo terror al agua, que me salpiquen, no me puedo lavar la cara como todos”, reveló.

Esa experiencia la ayudó a comprenderse a sí misma, a quererse más y a controlar más su enfermedad, evitando las crisis.

Además, aprendió a quererse más a sí misma y a tomar mejores decisiones.

“Mis padres siempre me inculcaron que había que sacrificarse para tener trabajo. Yo estaba haciendo lo mismo con mis hijos, hasta que me di cuenta de que el trabajo hay que hacerlo con amor, hay que estar donde seas feliz”, concluyó.