La noche de este sábado, CHV emitirá un nuevo capítulo de La Divina Comida, que contará con la presencia de cuatro nuevos invitados.

El cantante Luis Jara; la actriz y ex Morandé con Compañía, Sandra Donoso; el Gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego; y la bailarina y entrenadora Mariela Román serán los encargados de animar la jornada.

Y fue esta última quien sorprendió a sus comensales, contándole la historia de cómo conoció a Fabricio, con quien tiene una relación hace 15 años.

Según un adelanto exclusivo al que tuvo acceso Página 7, Mariela contó que se encontraba en una relación “tóxica” de la cual decidió salir, después de conocer al bailarín brasileño, con quien compartió en el programa Locos por el Baile.

“Yo le decía al otro, ¿me quieres acompañar al ensayo? Me decía ‘no, ¿qué voy a hacer en el ensayo? Qué fome’. No me acompañó”, comenzó diciendo Román.

La verdad es que Fabricio fue un salvavidas. Yo siento que fue un salvavidas, porque estaba en una relación absolutamente tóxica, que me hacía mal. Y aparece este hombre que me causaba todo, rico, lindo, era entretenido, me reía”, contó.

Asimismo, contó que el bailarín de axé “hizo la pega heavy”, ya que cada vez que iba al gimnasio había flores afuera de mi auto”. Eso sí, en ese momento no veía al exparticipante de El Discípulo del Chef como “una alternativa como de futuro para mí”.

Tenso momento

Tras esto, Mariela relató que tomó sus cosas y se fue sola a Algarrobo, a discernir sobre su situación sentimental, pero hasta allá llegaron ambos.

“Llegó el otro personaje primero a conversar, qué pasa con la cuestión. Me acuerdo que estaba sentada en el sillón y le digo ‘no va más´. Y en eso se siente una moto”, contó. Era Fabricio.

“El otro personaje me dice: ‘dile que se vaya’. Entonces le digo, ‘no, ándate tú’. Agarró sus cosas y se fue en el auto y le digo a Fabricio: tú también te tienes que ir, porque yo no estoy preparada para nada. Ahí me quedé como unas tres semanas más”, indicó.

Pero luego admitió que Fabricio “iba todos los días” a dejarle una rosa. “Se sentía la moto, me dejaba la rosita y se iba. Todos los días”, cerró el recuerdo de cómo el brasileño la conquistó.