Un nuevo y brutal caso se mostró este martes en Aquí Somos Todos, donde se presentó la denigrante situación de Uberlinda y Gerardo, una pareja de adultos mayores que vivía en precarias condiciones en un campamento de Peñaflor.
A partir de esta historia, se supo de Isabel, una abuela que era vecina de esta pareja y que vivía junto a un basural. Esta mujer estaba a cargo de sus seis nietos, que sufrían por la terrible situación que pasaban.
“Todo lo que yo hago es para ellos, yo pido ayuda para ellos. Que tengan otra vida”, expresó la abuela, que debe luchar por tener bien a sus nietos, mientras los padres de ellos buscan trabajos esporádicos para obtener dinero.
“No es digno donde están viviendo, por las infecciones. El sueño de ellos es poder salir de acá, tener su casa o una mejor calidad de vida”, lanzó muy emocionada Isabel.
También puedes leer
A un costado de Clarisa Muñoz, quien estaba conduciendo el despacho, apareció Darly, de 7 años, una de las nietas de Isabel. Esta pequeña sorprendió a todos por su relato.
“Mi abuela es trabajadora, nos hace todo, la comida, nos lava, nos cuida cuando mi mamá se va a trabajar. Si ella no está con nosotros me muero de pena, porque yo quiero a mi abuela”, partió comentando esta niña.
Claro que lo que vino después, le tocó el corazón a todo el equipo de Aquí Somos Todos: “Mi sueño es tener una casa porque aquí no me gusta vivir. Porque andan ratones, en mi pieza también hay y mi mamá no puede dormir, porque piensa que le pueden pasar por la cara a mi abuela o nosotros”.
Entre lágrimas, la periodista respondió muy afectada a Darly:“De todo corazón espero que podamos ayudarte, porque ningún niño merece vivir así, y ojalá que tus sueños se hagan realidad”.
Luego apareció Austin, primo de la niña. El caso de él también era particular. Su mamá estudia en la escuela de Carabineros, y al no tener otra opción, dejó a su hijo con la abuela.
“Ella se sacó la mugre, logró que su hijo estudiara en la universidad, comenzó a pagarle la universidad, hasta que no le dieron las lucas, porque la universidad en este país es un lujo, porque es tremendamente caro”, lanzó Clarisa, muy afectada.
“No es justo que los niños vivan en estas condiciones, y que no haya más qué hacer, que la familia dependa de los recursos, y no los tengan”, agregó la periodista, mientras sus compañeros en el estudio se secaban las lágrimas.
Al final del programa, se vio que Isabel recibiría mucha ayuda para salir adelante, como importantes donaciones monetarias, un horno y harina para que pudiera hacer empandas para vender; y lo más importante, ayuda para una casa propia y una retroexcavadora para que pudiera sacar la basura de al lado de su casa.
