Desde que comenzó el nuevo ciclo de Rojo han pasado decenas de cantantes y bailarines. Algunos se han quedado y otros han decidido hacerse un lado y aprovechar otras oportunidades.

Una de ellas es la bailarina Javiera Aranda (22), quien estuvo en el programa hasta febrero de este año. Luego, a mitad de año se embarcó en una gira por Italia con la compañía Movimiento Moderno y esa experiencia le abrió las puertas de un sueño que está viviendo feliz.

Resulta que la joven se ganó una beca para perfeccionarse en Florencia y desde septiembre está instalada allá.”Siempre quise estudiar afuera. La escuela Opus Ballet me dio un beca del 50% para estudiar aquí. Las clases partieron en septiembre y estoy acá gracias a mi mamá y mis abuelitos que están full ayudándome económicamente”, señaló Javiera a LUN.

Asimismo, agregó que la carrera dura tres años y tiene clases de ballet, danza moderna y contemporánea. “He tenido que esforzarme mucho, pero estoy feliz porque es lo que yo quería”, indicó.

Javiera no habla italiano, pero se las ha arreglado para comprender las clases teóricas, pues en la práctica no se ha visto tan complicada dado que entiende los movimientos y las palabras en ballet son todas en francés. Eso sí, reconoce que las correcciones recién ahora las está entendiendo.

Respecto a cómo ha llevado su vida en lo cotidiano, la joven bailarina comentó que vive en un departamento ubicado en el centro de la ciudad, donde arrienda una pieza compartida por 250 euros ($220 mil) más 15 euros de gastos comunes ($13 mil). “Tuve suerte de encontrar algo así. En la pieza estoy con otra chica, pero ella tiene novio y no duerme mucho en la casa así que tengo la pieza casi sola“, detalló.

En comida gasta cerca de 120 euros al mes ($105 mil), y la mayoría del tiempo se cocina en la casa preparaciones.

El otro gasto alto que tiene es la escuela, pues pese a estar becada, debe pagar 240 euros, es decir, unos $211 mil. “El bus me lo ahorro, son como 30 minutos caminando desde mi departamento a la escuela, pero Florencia es bonita para caminar. No es peligroso y siempre hay gente“, afirmó.

Como esta aventura recién comenzó, Javiera pasará Navidad y Año Nuevo sola, aunque ya se las arregló para sentirse acompañada. “Tengo compañeros de países de Europa y la mayoría viaja en Navidad, porque tenemos poco más de una semana libre, pero yo no. Con todo el gasto es demasiado, voy a pasar Navidad aquí, voy a hacer una videollamada y voy a “cenar” con mi familia de esa forma. Pero no es tan grave, estoy cumpliendo mi sueño aquí, así que estoy feliz“, cerró.