José Miguel Viñuela contó en Mucho Gusto un angustiante momento que vivió el domingo y que lo marcó por lo inesperado que fue todo.

En ese contexto, dijo que cuando pasa por momentos de angustia, va a rezar a una iglesia ubicada en Recoleta. “Me pasó un episodio muy raro”, comenzó diciendo.

“Me pasé de Recoleta y la calle siguiente, los autos vienen en dirección contraria. Yo no caché y me metí por esta calle y veo que se me vienen todos los autos, lo único que atino a hacer es subirme arriba de la vereda. Todo esto a las 12 del día”, manifestó.

Lo peor vino después, ya que no se dio cuenta que había un hoyo de alcantarillado, que en un principio esquivó, sin embargo, cuando retrocedió, la mitad de su vehículo cayó en el agujero.

“Empiezo a acelerar y me angustié porque dije, estoy metido contra el tránsito, arriba de la vereda, van a llegar los carabineros y va a llegar la televisión, voy a salir en las cámaras, fue heavy”, relató.

Luego agregó que “cuando estaba angustiadísimo, aparecen tres personas, humildes, que viven en Mapocho, viven en la calle. Llegó uno y puso algo como un ladrillo y entre los dos empezaron a levantar la camioneta, yo en estado de shock sin cachar nada y finalmente me ayudaron a sacar el auto porque no habría tenido cómo sacarlo”.

“Lo primero que atiné fue a decirles: ‘Chiquillos, súbanse vamos a ir a comprar cosas para comer’. Parto con ellos, llego a una bomba de bencina, pero lo que más me llamó la atención, es que cuando me bajé con estas 3 personas y entramos al local de comida la gente miraba como…’¿por qué esta gente está aquí?’, eso me dolió”, añadió Viñuela.

La situación incomodó al animador, quien añadió que eran personas muy honestas, que iban felices con él en su auto. “‘Por favor no se olvide de nuestros nombres, acuérdese siempre que estamos aquí, pase cuando quiera’, le dijeron.

Además reconoció que iban a sacar $2.000 para tomar desayuno en la Vega Central, sin embargo, él hizo que los guardaran y les dijo que comerían ahí. Después les pasó dinero y los llevó de vuelta.

“Lo único quiero decir para terminar esta historia, es gracias a Mario, Pato y Jacqueline, pero además, de verdad que yo sentí ayer a Dios, y coincide con esta cosa que creo que a veces en la pobreza está la riqueza. Simplemente gracias porque me salvaron la vida ayer”, finalizó.