Desde que volvió a la pantalla de TVN, Rojo, el color del talento ha logrado cautivar a la audiencia, con la misma mecánica del programa que brilló entre 2002 y 2008, con las presentaciones frente a un jurado, las capillas y los duelos de eliminación.

Dentro de esta nueva generación de participantes, hay diversas historias que han conmovido a los televidentes. Tal fue el caso de Alan Caniumán, un joven bailarín de 24 años que ha tenido una dura historia de vida y que busca cumplir su sueño en el renovado Rojo.

La ruta de Alan no ha sido fácil, ya que a los 16 años lo perdió todo junto a su familia. Un incendio ocurrido en el campamento en el que vivía en Puente Alto, terminó por quemar su casa, situación que lo obligó a dejar de estudiar para poder conseguir un trabajo.

Y eso no fue todo, años después su padre los abandonó, por lo tuvo que hacerse cargo de sus hermanos, ya que su madre había tenido que viajar fuera de Santiago para poder trabajar. Fue así como llegó a trabajar de guardia y de obrero de construcción, pero llegó un punto en que dejó esto atrás para comenzar a luchar por sus sueños.

“El baile era la único que me sacaba de todos los problemas”, explicó el joven, en el segundo capítulo de Rojo. Para esto ingresó a una academia para poder hacer lo que le gustaba. Fue justamente aquí donde conoció a su actual pareja, con quien debió superar otro obstáculo.

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“He tenido una vida dura donde las felicidades son pocas. Ahora ella es mi mayor felicidad”, aseguró Alan respecto a Melany, quien sufre aciduría orgánica, que es un trastorno metabólico que provoca que su cuerpo produzca una sustancia que daña los órganos, y que lamentablemente no tiene un buen pronóstico.

“Ya no pienso en mí no más, pienso en los dos. No pido otra cosa que ser feliz con ella”, comentó Alan, quien está buscando terminar su cuarto medio para seguir con su sueño de ser bailarín.

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