El programa Peso Pesado cambió radicalmente la vida de los 24 hombres y mujeres que buscaron en él la oportunidad de combatir el sobrepeso.

Este es el caso de Patricio Hernández, quien junto a su esposa ingresaron al espacio conducido por Karla Constant, consiguiendo un radical cambio en todo ámbito de su vida.

“Me marcó por la oportunidad que nos dieron a mi señora y a mí de poder optar a la operación y poder remediar un error que cometimos en nuestra vida, que fue empezar a ganar peso”, señaló Patricio en conversación con Página 7.

Pero Patricio y su familia no dejaron que su paso por el espacio televisivo fuera una experiencia más en sus vidas, sino que desde ese entonces comenzaron una nueva manera de vivirla, siempre preocupados y ocupados del cuidado de su alimentación y salud para no volver a enfrentar la obesidad.

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“Nos dejó el evitar excesos y aprender a tener una vida más sana”, contó. Esto lo ha implementado en su familia, entregando herramientas a su hija de 17 años y su hijo de 10 para que ellos no tengan que pasar por lo mismo. El más pequeño es bueno para comer, sobre todo golosinas, por lo que tienen que realizar un mayor trabajo con él para conseguir una vida saludable y evitar problemas en el futuro.

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Pero eso no es todo porque el hombre, que llegó con 150 kilos al programa y que hoy pesa 89, ha podido disfrutar de una mejor calidad de vida, retomando incluso actividades que dejó atrás durante su juventud, como el Rubgy, deporte que volvió a practicar hace tres meses.

Es en este sentido que asegura que el cambio que ha experimentado va más allá del aspecto físico. “La verdad para mí el cambio no fue tanto el físico, nunca me sentí opacado con el peso, pero sí he notado cambio en las demás personas, te ven distinto”, contó haciendo referencia a actividades que realiza a diario, como tomar el metro.

Actualmente, Patricio se desenvuelve como chef en un restorán en el centro cultural de Estación Mapocho, por lo que la tentación es algo con lo que lucha a diario.

Ante esto confesó que enfrentar esta nueva vida “es complicado, pero con el programa aprendimos muchas cosas”, agregando que “la psicóloga nos enseñó que uno puede caer una vez o dos veces y levantarse y no romper el trabajo que se ha hecho durante tanto tiempo”.

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Luego agregó: “Trato de mantener una dieta sana, ya no compro tanta golosina como antes, pero sí a veces me doy algún gustito, porque una dieta estricta todos los días se vuelve muy fome, además en el trabajo que tengo es difícil, trato una vez la mes de darme un gusto, pero más no”.

Finalmente, el hombre de 37 años reflexionó sobre la gran lección que sacó del esforzado proceso que vivió y que deberá enfrentar el resto de su vida.

“La gran lección para mí es tratar de no dejar pasar tanto el tiempo, preocuparse más de uno, y de la salud de uno, porque si yo seguía así más de los 50 o 60 no hubiese llegado. Uno tiene hijos y familia, gente que lo quiere y yo solo pensaba en mí. Mi familia y amigos expusieron el tema (obesidad) y yo no quise escuchar, porque me sentía bien comiendo. No hay que dejar pasar tanto tiempo maltratando algo tan valioso como es el cuerpo”, finalizó.

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