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Canal 13 estrenará la séptima temporada de "Siempre por un chileno" luego de Teletrece Central, con 12 nuevos capítulos enfocados en compatriotas alrededor del mundo. Marcelo Kiwi promete intensidad en los viajes y testimonios conmovedores. Las anécdotas incluyen comer tarántula en Camboya, grabar en las montañas de Ha San en Vietnam con una nómada chilena, y visitar ciudades europeas como Venecia y Zúrich. Además, el equipo se internó en la República Dominicana, Puerto Rico y Panamá, mostrando la diversidad y emoción de cada destino. La temporada también abarca Corea del Sur, Japón rural, Montreal y Bruselas, revelando historias inspiradoras de chilenos en el extranjero.
Este sábado, después de Teletrece Central, Canal 13 y todas sus plataformas estrenará la séptima temporada del exitoso programa documental de Marcelo Kiwi, Siempre por un chileno.
El aplaudido espacio cultural vuelve con más historias de vida de compatriotas en distintos rincones del planeta que quedarán plasmadas en 12 nuevos capítulos, cada uno enfocado en un destino distinto.
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Marcelo Kiwi, creador y conductor del espacio, adelantó que este nuevo ciclo se caracterizará por la intensidad de los viajes, imprevistos sobre la marcha y testimonios conmovedores.
“Viajamos mucho, conocimos a chilenos en rincones inesperados, y cada lugar nos sorprendió con algo distinto. A veces las cosas salían perfecto, otras veces todo cambiaba a última hora y había que improvisar”, comentó.
Las anécdotas que marcarán nueva temporada de Siempre hay un chileno
Según comentó, entre las historias más sorprendentes está la vivida en Camboya, donde Kiwi terminó comiendo una tarántula disecada frente a cámara. "Yo estaba casi sin voz, con un resfrío feroz, y aun así terminé peleando con Jun Khmer, un local que practicaba arte marcial", adelantó.
En Vietnam, un cambio de planes de último minuto llevó al equipo a grabar en las montañas de Ha San, donde conocieron a una chilena nómade con una impactante historia de vida.
"Lo más increíble es que el plan B terminó siendo mejor que el plan A. Nos fuimos a las montañas de Ha San, recorrimos en moto caminos de película", comentó.
El recorrido también incluye ciudades europeas como Venecia, donde se grabó en pleno invierno, mostrando una cara más íntima de la ciudad; y Zúrich, donde una chilena que trabaja en la FIFA los llevó hasta la casa del expresidentete del organismo, Joseph Blatter.
“Nos recibió con una sonrisa y hasta nos contó de un amor que dejó en Chile cuando vino para un Mundial juvenil. ¡Todavía la recuerda! Podría ser portada de un diario: Ex presidente de la FIFA busca amor chileno perdido”.
Canal 13
Ya desde el Caribe, Marcelo Kiwi con Siempre por un chileno se internó en la República Dominicana más profunda, lejos del turismo habitual, mientras que en Puerto Rico, el equipo conoció a una fanática de Felipe Camiroaga que conserva un altar en su casa.
También visitaron Panamá, en plena tensión política por declaraciones de Donald Trump sobre el canal, y grabaron justo cuando un barco chileno cruzaba la vía interoceánica.
“Grabamos con una chilena que trabaja en un canal de allá, TVN Panamá, y nos mostró cómo se hace televisión en Panamá. Estuvimos en el matinal, conocimos a los animadores, vimos cómo arman los programas", señaló.
Canal 13
Marcelo Kiwi y las historias que marcaron la nueva temporada
En su paso por Brasil, "llegamos en marzo y estaba lleno de chilenos. A veces parecía que estábamos en Viña, no en Brasil. Grabamos en favelas, lugares donde hay que entrar con mucho respeto y cuidado, y justo el día que íbamos a grabar en una, nos pidieron parar porque era el cumpleaños del hijo del líder local. Si seguíamos, podía ser peligroso".
"También me llevaron a los talleres donde preparan los trajes del carnaval. Me hicieron probarme uno, y entendí lo que vive ‘Guru Guru’ cada vez que se pone su traje. Entre plumas, brillo y calor… fue una experiencia inolvidable”, adelantó.
La temporada también lleva a los espectadores hasta Corea del Sur, donde el equipo recorrió la tensa zona desmilitarizada con Corea del Norte, y hasta la Japón rural, con visitas a pueblos históricos y zonas afectadas por el desastre nuclear de Fukushima.
"Arrendamos kimonos para todos, carísimos, por cierto, y fuimos a un pueblo que se mantiene como hace 500 años. Grabar ahí fue como estar en una película", expresó Marcelo Kiwi.
En Montreal, en tanto, una pichanga entre compatriotas dio paso a historias de superación en el mundo del ballet.
"Conocimos a una chilena que lleva más de 30 años haciendo vestuario para el ballet. Su sueño era volver a Chile a enseñar lo que sabe, incluso gratis, pero nunca la tomaron en cuenta. Una historia tan triste como potente”.
Finalmente, en Bruselas, los chilenos fueron testigos de una recreación de la Batalla de Waterloo en medio de una histórica ola de calor, y conocieron a un grupo que enseña cueca a ciudadanos belgas, quienes han adoptado la danza nacional con entusiasmo y emoción.
