La comunidad educativa del Colegio Rafael Sanhueza Lizardi, de la comuna de Recoleta, vive momentos de profundo dolor tras la trágica muerte del alumno de sexto básico, Esteban Hermosilla, de 10 años.
El pequeño regresaba a su hogar en un furgón escolar cuando un vehículo que no respetó una señalización de tránsito y que, además, era conducido por una banda delictual que se encontraba en fuga, impactó el transporte.
En el accidente, además de Esteban, se vieron afectados otros cinco menores de edad, quienes resultaron lesionados.
La decisión del colegio de niño que murió tras accidente en furgón
Ante esta situación, el establecimiento decidió suspender todas sus actividades del martes para “coordinar la mejor manera de contener y consolar” a su comunidad, informó La Tercera.
El subdirector de formación del colegio, Fernando Calderón, dialogó con la prensa y explicó que este miércoles los alumnos retornarán a clases, pero con jornadas especiales de reflexión y acompañamiento.
“Los niños vuelven a clases mañana, pero con jornadas de reflexión y contención”, señaló.
Además, hizo hincapié en la necesidad de respetar la intimidad de la familia del menor de edad: “Vamos a mantener un poco como esa intimidad, porque creo que todavía es un momento muy reciente”.
El colegio también salió en defensa del conductor del furgón escolar, quien estaba junto a su hija al momento de la colisión y resultó herido.
Calderón aclaró que “el traslado era seguro. Aquí no hubo una negligencia o una irresponsabilidad del transportista, sino que fue producto de delincuentes que iban arrancando y que impactan el furgón. Entonces, creo que eso es lo que hoy día también más conmociona a la comunidad, producto de que es un tercero irresponsable, … que hace que finalmente uno de nuestros estudiantes termine fallecido”.
Velatón por niño fallecido en accidente
La comunidad escolar rindió homenaje al niño colocando globos blancos en el frontis del colegio y efectuando una velatón.
En medio de la conmoción, la institución se prepara para guiar con empatía el retorno de los alumnos, reconociendo la magnitud del suceso, pero también el deber de acompañar a quienes siguen en el aula y a los que han perdido a un compañero.



