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La Justicia Militar mantiene bajo hermetismo la investigación por la denuncia de violación presentada por una capitán del Ejército en Valdivia contra un compañero de igual rango. Durante una fiesta en la discoteca Club Tierra de OZ, la oficial afirma haber consumido alcohol y luego haber sido agredida sexualmente en el Campo Militar. Sin embargo, el testimonio de su compañera contradice esta versión, indicando que la víctima estaba consciente y funcional antes del presunto ataque. La defensa del acusado sostiene que hubo consentimiento sexual, presentando pruebas que cuestionan la versión de la denunciante. La investigación policial generó controversia por omitir información clave, como lesiones constatadas por una ginecóloga. El acusado fue separado de sus funciones y desvinculado del Ejército, mientras se solicita su libertad provisional.
La Justicia Militar mantiene bajo hermetismo la investigación por la denuncia de violación presentada por una capitán del Ejército en Valdivia.
La oficial acusa a un compañero de igual rango, identificado como el capitán F., de haberla agredido sexualmente al interior del Campo Militar de esa ciudad, durante la madrugada del 9 de febrero de este año.
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De acuerdo a BioBioChile, esa noche, un grupo de uniformados asistió a la fiesta “Generación Fotolog” en la discoteque Club Tierra de OZ.
Antes, compartieron en un bar, donde, según declaró la denunciante, consumieron alcohol mientras cantaban karaoke. “Recuerdo haber tomado dos vasos de Ramazzotti”, afirmó. Dijo que F. también bebió, aunque no supo precisar cuánto.
Más tarde, ya en la discoteque, Alejandra –nombre ficticio de la víctima– notó la presencia de su expareja, también uniformado.
“Estaba muy enojada y triste”, relató. Dijo haber consumido “unos cuatro vasos de piscolas” y recordó que su ex le repitió varias veces que “estaba curada”.
La fiesta terminó cerca de las 03:00 de la madrugada. Una compañera llevó a Alejandra de regreso a la cabaña que compartían en el Campo Militar. “Estaba muy mareada, tengo escasos recuerdos de lo que hice en ese momento”, declaró.
Asimismo, asegura que no recuerda haber ingresado a la cabaña ni haberse acostado.
La denunciante dijo que su compañera la ayudó a acostarse y la consoló mientras lloraba por su reciente ruptura. Fue entonces cuando, según su testimonio, el capitán F. ingresó a la habitación.
“Entró a la pieza y se ubicó como a los pies de la cama”, señaló. Luego se quedó dormida.
Al despertar, relató que estaba siendo violada. “No sé por qué F. estaba en mi pieza. Tampoco sé por qué mi compañera me dejó sola con él”, afirmó.
Aseguró que su vínculo con el acusado era solamente “laboral y de amistad”.
El testimonio que contradice versión de presunta víctima de violación en el Ejército
El relato de la compañera, sin embargo, contradice esta versión. Según su testimonio a la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) de la PDI, Alejandra estaba consciente, caminaba sin dificultad y se acostó sin ayuda.
Agregó que conversaron fluidamente antes de que F. entrara a la cabaña.
En el informe de la Brisex se establece que la víctima estaba “orientada y funcional” antes de entrar a su habitación. Las cámaras del Campo Militar muestran a Alejandra desplazándose sola y sin señales de ebriedad.
Por ello, los policías concluyeron que “es poco factible establecer el medio comisivo del delito de violación”.
El informe también consigna que, tras la denuncia, Alejandra habría dicho a dos colegas que no recordaba si dio su consentimiento. A partir de estos antecedentes, la defensa del imputado sostiene que hubo una relación sexual consentida.
El abogado de la denunciante, Patricio Morales, critica duramente el informe policial. Asegura que la PDI actuó con sesgo, omitiendo información médica clave. “Llega a esa conclusión considerando tendenciosamente datos que pueden beneficiar al imputado”, acusa.
El jurista cuestiona que se ignoraran las lesiones constatadas por la ginecóloga María Denisse Anrique en el Hospital Base de Valdivia.
La profesional escribió que “existe coherencia entre el relato de la paciente y el examen ginecológico”. Agregó que “nunca había visto ese tipo de lesiones en otros cuadros clínicos ginecológicos”.
¿Qué dice la defensa del acusado por violación a una capitán del Ejército?
La defensa del acusado, liderada por José Baquedano, pidió la libertad provisional del imputado, tras más de seis meses de reclusión en un recinto militar de Temuco.
En su escrito, expuso que la última revisión de la medida cautelar fue en mayo y adjuntó el informe de la Brisex, además de testigos que aseguran que la víctima estaba confundida sobre el consentimiento.
Como parte de sus argumentos, el abogado presentó imágenes de cámaras de seguridad donde, según dice, se ve a la mujer “caminando por su cuenta, sin tropiezos ni dificultades”.
Esto, a su juicio, desmentiría que estuviera en estado de ebriedad. También citó una evaluación médica que cuestiona el examen ginecológico y sugiere que las lesiones podrían tener múltiples orígenes, incluso compatibles con relaciones sexuales consentidas.
En cuanto al perfil psicológico del acusado, la defensa aportó un informe privado que lo describe con “adecuados niveles de empatía, autocontrol y relaciones interpersonales”.
La psicóloga a cargo no detectó rasgos compatibles con psicopatía ni conductas sexuales inadecuadas hacia mujeres, según la presentación ante la Fiscalía Militar.
Desde el Ejército de Chile confirmaron que el funcionario fue separado de sus funciones y desvinculado completamente el 4 de junio.
Además, explicaron que el caso se mantiene en la justicia militar porque ocurrió dentro de un recinto castrense, tal como establece el Código de Justicia Militar.
Por último, plantearon que se activaron todos los protocolos para proteger a la víctima y reiteraron que rechazan cualquier conducta contraria a los valores de la institución.





