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Archivo Agencia UNO | Pixabay
El impactante caso de Marissa Bogado, mujer paraguaya residente en Chile, condenada a 15 años de presidio por parricidio tras asesinar a su hijo recién nacido en Punta Arenas. La acusada asfixió al bebé con una toalla higiénica y una bolsa de nylon, ocultando su cuerpo en un canasto. Tras entregar versiones contradictorias, la PDI descubrió la verdad, confirmada por la autopsia. La justicia desestimó alegatos de violación y violencia de género, revelando una escalofriante historia de engaños y crímenes.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesImpacto causó el caso de una mujer de 37 años que mató a su hijo recién nacido en Punta Arenas, región de Magallanes.
La imputada, identificada como Marissa Bogado, de nacionalidad paraguaya, recibió una condena de 15 años de presidio por el delito de parricidio tras el fallecimiento de su bebé en octubre del año pasado.
A pesar de que la Fiscalía solicitaba la pena de presidio perpetuo simple, el Tribunal de Juicio Oral de Punta Arenas dictaminó una sentencia menor, la cual se conoció este lunes.
Los hechos se remontan a octubre de 2024, cuando la mujer, quien reside en Chile desde hace siete años, dio a luz a un niño sano en el Hospital Clínico de Punta Arenas.
Según la investigación, después de recibir el alta médica, la acusada asfixió al recién nacido con una toalla higiénica y una bolsa de nylon.
Posteriormente, ocultó el cuerpo sin vida en un canasto al interior de su dormitorio.
Tras la muerte del lactante, la mujer entregó diferentes y contradictorias versiones a sus familiares, lo que levantó sospechas.
Inicialmente, la acusada afirmó que el pequeño falleció por inhalación de gas y aseguró que lo habían cremado. Luego, cambió su relato, indicando que lo había dado en adopción o entregado a su padre biológico.
Estas inconsistencias llevaron a una denuncia ante la Policía de Investigaciones (PDI), quienes finalmente encontraron el cuerpo.
Posteriormente, la autopsia confirmó que la causa de muerte fue asfixia por sofocación.
Durante la investigación, la acusada sostuvo que la muerte del bebé ocurrió por una violación, una afirmación que resultó investigada y plenamente descartada por la fiscal Wendoline Acuña.
En ese contexto, la persecutora señaló que esta era “otra más de las cosas en que la mujer habría mentido en su declaración, como que también hubiese sido víctima de violencia de género, no existiendo registros de algún tipo de denuncia de aquello”.