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Agencia Uno
El DT de Universidad de Chile, Gustavo Álvarez, conmovido por los incidentes en Avellaneda, expresó solidaridad y preocupación por los momentos de terror vividos por su familia durante el partido. Destacó la incertidumbre y la impotencia, mencionando la angustia al no poder comunicarse ni tener noticias de sus seres queridos. Reveló la experiencia de su hijo de 9 años amenazado por hinchas rivales en un palco, lo que motivó la solicitud de suspensión del superclásico por motivos emocionales y de respeto hacia los hinchas afectados.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesGustavo Álvarez, DT de Universidad de Chile, se refirió a los momentos de terror que vivió su familia durante los incidentes durante el partido entre la U e Independiente, en Avellaneda.
En la conferencia de prensa previo al superclásico del próximo domingo, envió un "fuerte abrazo a toda la gente de Universidad de Chile, no solamente a aquellos que estuvieron en la tribuna alta esa noche, sino a todos sus familiares y seres queridos".
Según recogió T13, el DT destacó que "deben haber sentido toda la indignación, la incertidumbre y la impotencia que sentimos los que estuvimos en esa cancha".
"El no saber sobre el estado de salud, sobre todo, de su familia. No tener noticias de ellos y la impotencia de no poder hacer nada", agregó.
De hecho, expresó que quienes estaban en Chile y los jugadores que estaban "encerrados en un vestuario, incomunicados por temas de conexión, estábamos sin saber de ellos y qué había pasado", tenían la misma falta de certeza.
Fue un momento muy doloroso. Lo que sentí fue un gran desprecio por la vida, por el prójimo, y odio infundado. La locura no tiene explicación racional"
Entonces, el DT de Universidad de Chile reveló que "tengo un hijo de 9 años que estaba en la cancha... estuvo encerrado en un palco una hora y media con hinchas del otro equipo amenazándolos".
"Cuando nos volvimos a ver, cerca de la una de la mañana, me hizo dos o tres preguntas que no tuve respuesta", recordó Gustavo Álvarez.
Finalmente, reflexionó que "nosotros como adultos en esta sociedad en la que vivimos. Por ese motivo pedimos suspender el partido del domingo (24 de agosto) con Everton".
"Me parece que había dos factores: uno, lo emocional, postrauma, fue muy traumático. Y segundo, por respeto, teníamos hinchas que hasta estaban desaparecidos... y no me parecía, bajo ningún punto de vista, que siga el circo", cerró.