Adulta mayor que desapareció en Ñuñoa fue vista en El Quisco: familia entregó teoría sobre el viaje

Casi dos semanas desaparecida lleva Mónica del Carmen Yáñez González, mujer de 69 años, a quien se le perdió el rastro, cuando salió de su casa en Ñuñoa, para ir a una cita médica.

La adulta mayor tiene movilidad reducida, y salió de su hogar sin celular ni documentos.

En diálogo con el Buenos días a todos, su sobrino, Patricio Yáñez, aseguró que Mónica "es una mujer independiente, no tiene problemas de alzheimer ni demencia".

Ahora, T13 volvió a conversar con el mismo familiar, quien indicó que "el jueves, la llamé, y le pregunté, 'cómo te fue con los exámenes, cuánto te salió', porque yo le había pasado un poco de dinero, más un poco que tenía ella. Me dijo que sí, que los había pagado".

"Nos quedamos tranquilos de que se estaba haciendo los exámenes, y ahí perdimos contacto”, explicó Patricio.

Sin embargo, el citado medio averiguó nuevos antecedentes del caso, que señalan que la adulta mayor no llegó al centro médico.

De hecho, la última vez que se le había visto, fue tomando un bus en dirección hacia El Quisco, en el litoral central.

"Mi familia tenía una casa de veraneo allá, debe haber tenidos buenos recuerdos, algún significado emocional", indicó al matinal de TVN.

"Fuimos a El Quisco, a esa casa, que actualmente no nos pertenece, es de otra familia. Estaba cerrada, miré por todos lados, era imposible que entrara", sostuvo.

Imágenes de seguridad dan cuenta de la presencia en dicha localidad: se le ve descender de un bus, para luego recorrer cerca de un kilómetro, hasta llegar a la playa. Es aquí donde se pierde el rastro de la mujer de 69 años.

Con esta información, la Policía de Investigaciones (PDI) activó un operativo de rastreo en la zona de la costanera y los roqueríos del litoral.

La hipótesis de la familia tras desaparición de mujer de 69 años

Una de las preocupaciones de la familia, es que Mónica padece de artrosis y artritis, que dificultan su movilidad.

Asimismo, en el matinal Tu Día, habían expresado su preocupación por su estado emocional, ya que hace más de 25 años vivió momentos difíciles tras el nacimiento de un sobrino, al que crio como hijo.

También indicaron que enfrentó episodios en los que intentó quitarse la vida.

De hecho, les había confesado a su círculo cercano que se sentía como "un cacho", lo que inquieta más a sus familiares.

¿Por qué habría decidido viajar hasta El Quisco? La familia tiene una teoría: allí vivió junto a su exmarido, lo que podría haber influido en su viaje al sector costero.