Monjas sufrieron violento robo en Santiago: las golpearon, amarraron y amenazaron con violarlas

Un violento robo sufrieron dos monjas de la Congregación Hijas de San José, en un convento ubicado en el barrio Yungay, en Santiago: las tomaron como rehenes, las amarraron y amenazaron con violarlas.

El hecho, que ocurrió el pasado fin de semana, quedó al descubierto a través de una carta al diario El Mercurio.

Así lo denunció Eva Lehto, exestudiante del Colegio María Luisa Villalón, ubicado junto a dicho recinto en calle Agustinas, entre Esperanza y Libertad.

"Según el relato de la madre superiora, dos sujetos extranjeros saltaron la parte más alta del convento, caminaron por los techos y metieron el suficiente ruido para que dos de las religiosas se levantaran a revisar cámaras", relató.

No obstante, no pudieron hacerlo, pues "los delincuentes cortaron la luz del recinto”, afirmó, según consignó BioBioChile.

Posteriormente, las religiosas se encontraron con los delincuentes, quienes las amenazaron con un cuchillo en las costillas y con violarlas, si no les entregaban dinero.

“Lo más triste es que las amarraron de pies, cuerpo y boca para luego revisar la congregación”, prosiguió el testimonio, aclarando que otras personas, afortunadamente, no se vieron involucradas.

“Las hermanas que vivieron la situación se llevaron la peor parte y, por supuesto, que están muy afectadas, pues vivieron la mañana más trágica de sus vidas”, agregó la denunciante.

“La delincuencia perdió todos los códigos y los escrúpulos al atacar a estas mujeres. Urge justicia para estas religiosas, así como para todos aquellos que han sufrido a causa de la delincuencia”, sentenció.

Monja víctima de violento robo entregó su testimonio

La Madre Rosa, una de las afectadas del violento robo, habló con Radio Bío Bío, indicando que logró negociar con los delincuentes, ya que les dieron dinero, a cambio de que no se llevaran los computadores del Colegio María Luisa Villalón.

"Seguimos el camino, con el cuchillo en las costillas y después abrimos la oficina. Me tomó y me tiró contra la pared. Yo tenía un spray y se lo rocié; me golpeó con la cacha del cuchillo, nos amarraron las manos y los pies y nos pusieron huincha de embalaje en la boca", explicó.

Asimismo, indicó que los antisociales botaron las hostias guardadas en la capilla y que, incluso, uno de ellos se puso a rezar.

Por último, la religiosa se quejó de la seguridad en el sector del Barrio Yungay: "Estamos divididos en dos partes: uno que importa y duerme tranquilo y otro en el que dormimos a sobresaltos".

“Tenemos al presidente de vecino, vive aquí mismo, y los demás sufrimos. Y él tiene guardias afuera. Debiera ser un barrio seguro y yo siento que es un barrio más inseguro”, sentenció.

Cabe señalar que la Madre Rosa también contó su testimonio en el matinal Buenos Días a Todos, este martes.