Durante la tarde del pasado martes, se viralizó en redes sociales la desgarradora historia de un perro llamado Peluchin, cuyo dueño se quitó la vida en horas de la madrugada de aquel día.
El can quedó desolado en las inmediaciones de la Avenida Pacífico de La Serena.
Los vecinos del sector han tratado de ayudarlo. Han cooperado con Peluchin, entregándole comida y agua, sin embargo, este no muestra intención de acercarse a otras personas más que a su cuidador.
Carolina Cardemil, activista animalista que forma parte de la comunidad de Facebook Manadas de Peluditos de Avenida Del Mar, indicó a El Día que ya tenía conocimiento de la mascota.
También puedes leer
“Eran dos perros muy tímidos que se encontraban deambulando por este lugar y que yo alimentaba frecuentemente, uno de ellos era Peluchin, el que hoy se reconoce por llorar”, contó.
Así también, Kelsa Torres, una de las integrantes de la fundación ovallina Cachupines Sin Hogar, relató al mismo medio que este no es el primer caso registrado en el que una mascota muestra respeto a su cuidador fallecido, manteniéndose a la espera de su regreso.
Hace unos años, dijo, se enteró de la muerte de un hombre que fue atropellado en la ruta 45 de Ovalle. El perro siguió deambulando por el sector.
Falta de apoyo de autoridades
Ante la viralización de la historia de Peluchin, es posible reflejar las problemáticas que hay en torno a la salud mental de las personas y a la tenencia responsable de mascotas en la ciudadanía.
Para Fanny Keyer, activista animalista y socia-fundadora de la organización Conciencia Animal de La Serena, hace falta mayor apoyo gubernamental en estos hechos.
“El abandono de las instituciones, puede deberse a que no están aprovechando los fondos del gobierno para invertir y ejercer la tenencia responsable de mascotas, ya que actualmente los animales se encuentran en un segundo, tercer y hasta en un cuarto plano”, expresó Fanny.
Asimismo, la activista animalista hace hincapié en que no se debe menospreciar el abandono animal tras la muerte de sus cuidadores.



