La jornada del martes 15 de junio fueron formalizados los dos jóvenes presuntamente responsables por la muerte de Valeria Vivanco, subinspectora de la Policía de Investigaciones que perdió la vida en medio de un control a un vehículo sospechoso en el límite entre La Granja y La Pintana.
En medio de la audiencia, el fiscal Christian Toledo, de la Fiscalía Metropolitana Sur, hizo un relato cronológico de los hechos ocurridos ese día domingo, cuando la mujer de 25 años investigaba un homicidio cometido la noche anterior en Puente Alto. Su búsqueda apuntaba precisamente al Kia Río blanco en el que se trasladaban los dos imputados.
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Según se indicó, Valeria -que iba con otros tres compañeros de la PDI- estaba sentada en el puesto de copiloto de un Kia Morning en el que siguieron por varias calles a los sospechosos. El vehículo policial finalmente se cruzó delante de los jóvenes y ella fue la primera en bajarse.
De frente a los dos imputados, se identificó como policía, e inmediatamente recibió un disparo en el tórax.
Mientras los delincuentes huían, los otros detectives subieron a la víctima al auto. Una vecina los guió hasta el Hospital Padre Hurtado, pero fue inútil: Vivanco falleció como una nueva mártir de la institución.
Escondidos en la basura
Según el relato de testigos, recogido por Las Últimas Noticias, estos dos hombres comenzaron su escape en el auto, pero posteriormente continuaron a pie, llevándose sus teléfonos celulares y el arma con que atacaron a la funcionaria de la PDI.
Christian Toledo indicó en el relato que los delincuentes se refugiaron en el departamento de un amigo, quien declaró haberlos recibido a eso de las 17 horas.
“Asegura que los vio cansados, sucios y muy hediondos. Ellos le confesaron que estaban siendo perseguidos por los policías y que se habían escondido en unos tarros de basura“, dijo el persecutor.
A eso se sumó el testimonio del hermano de uno de los imputados (el mayor de edad). Según él, cerca de las 6 de la tarde el sujeto de 19 años se contactó con su madre vía WhatsApp: “Le escribió, según lo que recuerdo, ‘mamá, parece que matamos un rati’. Mi mamá se puso a llorar y lo llamó. Él le dijo que los detectives empezaron a dispararles en varias oportunidades”.
En esa misma declaración, se revela que la madre del imputado partió al encuentro de su hijo, donde le entregó un bolso con ropa y 150 mil pesos en efectivo para que saliera de Santiago. A pesar de eso, los dos involucrados se entregaron al día siguiente.
Por último, cabe mencionar que la jueza Verónica Vásquez decretó prisión preventiva para el imputado de 19 años. En tanto, el de 17 quedó con internación provisoria en un recinto custodiado por Gendarmería.
El 12° Juzgado de Garantía de Santiago dio un plazo de 180 días para la investigación del caso.
