Esta semana, varios medios hicieron eco de una preocupante situación que se dio a conocer en redes sociales, y que ocurrió en Rancagua. La protagonista era Miriam Cantillana, una mujer de la tercera edad que, según constataron sus propios vecinos, llevaba tres noches durmiendo a la intemperie, en el patio de la casa que compartía con su hijo.
El Centro de la Mujer de Sernameg y Senama, en conjunto con la municipalidad de Rancagua, activaron los protocolos pertinentes para ayudarla, y se anunció el inicio de una investigación por posible violencia intrafamiliar.
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Sin embargo, el caso dio un tremendo vuelco, pues medios locales de O’Higgins conversaron con la familia involucrada, y revelaron en esa instancia que Miriam sufre una grave patología psiquiátrica que la vuelve violenta y paranoica.
Discapacidad mental
A través de varios videos captados por una cámara que el dueño de casa colocó en el patio, queda en evidencia la veracidad de su relato, donde asegura que ella gritaba e iniciaba las peleas, para luego vociferar que era víctima de agresiones que en realidad no ocurrieron.
“Esto lo hemos vivido desde chicos. Mi mamá siempre ha tenido problemas psicológicos, por eso tiene un carné que acredita que ella tiene un 67% de discapacidad mental. Ella estuvo internada en un psiquiátrico… Los medicamentos que a ella le dan para la esquizofrenia no los toma, y se toma otros, como zopiclona y tramadol”, explicó Daniel Toro, el mayor de los tres hijos que tuvo Miriam.
Los otros dos, debido a la misma situación, optaron por alejarse de la mujer, que nunca fue una verdadera figura materna para ellos, ya que los abandonó en una comisaría cuando tenían 3, 8 y 10 años respectivamente, según relataron.
“Ella se tomó una casa durante dos años en Machalí, no pagó y amenazó de muerte a la dueña de esa casa. Por eso yo me la traje para acá. Estuvo antes en un campamento donde bebía e incluso le dio una neumonía. Me metí al campamento y la saqué”, añadió el hombre, quien decidió aclarar todo ante la prensa local debido a las reacciones que generó inicialmente la noticia del supuesto abandono.
Carabineros vio las agresiones
Según el relato de Daniel Toro, todo empezó por un perro que acompaña a la mujer. Ella metió al animal a la casa, y este atacó al nieto mayor.
“El perro lo estaba mordiendo ese día y yo le pegué con un palo para que lo soltara“, recordó el padre, añadiendo que incluso cuando Carabineros llegó al lugar para revisar los videos y constatar la verdadera situación, la mascota también se les tiró encima.
Miriam empezó a gritar que le estaban pegando a ella y al perro, y Daniel le pidió que se detuviera o que mejor “se fuera”. Por eso, la mujer tomó sus cosas y las sacó al patio, donde decidió dormir por su propia cuenta, ya que en los registros queda en evidencia que le solicitaron ingresar a la casa o que comiera algo, pero ella siempre se negó.
Sin embargo, su versión hacia afuera era diferente, pues decía que la habían violentado, que no había comido nada, que nadie le ofrecía ayuda. Lo cierto es que tenía un carro lleno de alimentos que ella misma se compró, lo que pudieron comprobar los efectivos policiales.
El hijo mayor de Daniel Toro es quien se queda a cargo de su hermana más pequeña cuando sus padres salen a trabajar. Se hace cargo de supervisar sus clases, hacer el aseo y preparar el almuerzo. En entrevista con TV O’Higgins, el adolescente señaló que la mujer era violenta con ambos, tratándolos a gritos y garabatos.
“Yo soy el único tonto que la sigue ayudando porque es mi madre, pero nos sigue haciendo daño y cada vez es peor. Lo hace con maldad, más allá de su problema psicológico”, lamentó el hijo mayor de Miriam.
Incontrolable
El entrevistado, por otro lado, dijo que ha sido el último tiempo el que ella los ha perseguido a él y sus hermanos con la intención de que la mantengan y le den un espacio para vivir.
“Ella tuvo una casa en Colina y la vendió. Quién sabe lo que hizo con esa plata… Ella era súper linda, y usaba eso para siempre mantenerse con sus parejas. Ahora que ya no puede, recurre a nosotros. Yo la ayudo una y otra vez, pero siempre hace lo mismo”, explicó al medio local de Rancagua.
En ese sentido, destacó que fue en dos ocasiones que la mujer estuvo internada, y cada vez que ellos llaman por teléfono a estos centros para pedir auxilio cuando a ella le dan sus ataques, la respuesta que obtienen es que la suban a un auto y la lleven para allá. Algo que resulta imposible si la mujer está alterada y agresiva.
“Mi hermana ha tratado de conseguir internarla, pero nos cierran las puertas porque dicen que no hay cupos y que tenemos que tenerla con nosotros hasta que se muera. Por eso yo sigo con esto, pero ya cada vez avanza más su violencia”, dijo Daniel.
El temor del hijo
Antes, el hijo mayor de Miriam Cantillana podía controlar estos arrebatos de su madre, pero ahora dice que no se siente capaz. Además, aseguró que necesita proteger a su familia.
“No he podido ir a trabajar hace 4 días por miedo a que vengan a la casa a hacerles algo a mis hijos. Yo creo que me van a despedir”, lamentó en la entrevista, pues sabe que mucha gente supo de este caso, pero la versión entregada por su mamá, que lo deja a él como un monstruo.
“Están todos los antecedentes en los hospitales y nunca me han ayudado. Ya no sé qué hacer. Jamás he tenido problemas con ningún vecino. Ella dice que yo soy violento y que le he pegado a toda la gente… Se me agotan las ideas. Llevo tres días sin dormir, y contrariado, porque estoy atacando a mi madre, algo que no quería hacer, pero no quiero que les haga daño a mis hijos“, concluyó.