En tiempos de crisis es común que las personas -ante falta de liquidez o gastos extras- acudan a las instituciones financieras a solicitar créditos o avances en efectivo, los cuales pueden ser de gran ayuda. Sin embargo, podrían esconder una “letra chica” nada de conveniente para el bolsillo.

Frente a este escenario, desde el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) subrayaron a BioBioChile algunas alertas al respecto y la importancia de cotizar al momento de pedir un crédito un avance en efectivo.

“Los estudios del Sernac han comprobado una y otra vez que por un crédito se puede terminar pagando hasta más del doble si se elige la opción menos conveniente”, indicaron.

Por ello, si se va a solicitar uno de los mencionados productos financieros, el consumidor tiene derecho a conocer todas las condiciones, entre ellas, el Costo Total del Crédito, es decir, el monto final que terminará pagando.

“También tiene derecho a que no le cobren seguros que no contrató y a que las empresas cumplan con todo lo informado y publicitado”, añadió el Sernac, que fue enfático en expresar que “en general, el avance en efectivo es más caro que un crédito de consumo o el uso de la tarjeta”.

Algunos ejemplos

El último estudio del Sernac al respecto reveló que -por ejemplo- al pedir $200 mil a pagar en 12 cuotas en un avance en efectivo, un consumidor puede terminar pagando desde $212.046 hasta $454.590, esto es, una diferencia de $242.544 entre el más barato y el más caro.

“Los consumidores deben saber que algunas entidades financieras cobran, además del interés, una comisión o monto adicional al realizar un avance en efectivo en cuotas”, agregó el Servicio.

Según el análisis, dichas comisiones pueden ascender hasta los $103.729.