Durante la mañana del martes se realizó la segunda jornada del juicio oral por el caso del profesor de Villa Alemana, Nibaldo Villegas, quien fue asesinado y descuartizado en agosto del año pasado.
En la audiencia, fue el turno del acusado Francisco Silva de dar su testimonio de los hechos ante la Justicia. Entre sus primeras palabras, se dirigió a la familia del docente fallecido y les ofreció sus disculpas.
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Parte de la declaración del hombre dio cuenta de su versión de la relación que mantuvo junto a Johanna Hernández, la otra implicada en el caso. Si bien admitió que los hechos que proporcionó la mujer este lunes en el juicio en un principio eran acertados, el testimonio de ambos se separa cuando tocan el tema relacionado a la custodia que solicitó Nibaldo de la hija de ambos.
“En marzo Johanna es hospitalizada por constantes crisis de pánico e intentos suicidas, uno de esos días en que ella estaba hospitalizada llegó una asistente social con un documento el cual decía que la hija menor de Johanna (…) Nibaldo quedaba al cuidado de la niña, en ese momento se encontraba la mamá de Johanna, la señora Jacqueline”.
Y siguió: “Conversamos un rato sobre el tema y cuando se termina la visita de la señora, nos deja solos para despedirnos un momento como pareja, es ahí donde ella me dice que esa era una ‘mariconada’, que no se lo iba a perdonar, que ella no podía por nada del mundo perder a sus hijos y que Nibaldo iba a ver quién era ella“.
Ante esto, Francisco admitió que si bien continuó alimentando los deseos de Johanna, era solo con motivo de tranquilizarla. “Yo no le dije nada, me despedí, le dije ‘quédate tranquila, de algún modo vamos a solucionar esto, vamos a luchar por tu hija porque no es justo que te la estén quitando porque tú estés hospitalizada’“.
Tras el alta de la mujer, según Silva, surgió la idea de asesinar al profesor. “Johanna salió de alta e insistió con el tema derechamente de darle muerte a don Nibaldo, me pidió que buscara terceras personas, que buscara sicarios, yo le decía que sí que sí, pero la verdad es que nunca le tomé el peso o nunca le creí lo que me decía ella“.
“Y me insistió varias veces, yo le decía que ‘estaba buscando pero no encuentro, pero relájate, veámoslo por otro lado, esto tiene muchas más aristas, tiene muchas más soluciones‘”.
“Y me decía ‘busca, busca, busca’ y al final yo le dije ‘Johanna tú sabes que mi trabajo es de lunes a lunes, que no tengo un círculo muy amplio donde buscar, por lo tanto no he encontrado a nadie'” y admitió: “por supuesto nunca busqué, pero le decía eso para que estuviera tranquila y no sufriera de sus constantes crisis de pánico y sus rabietas“.
