Las sospechas de Ramon Díaz comenzaron con un crudo episodio que podría haber acabado con su vida, tras una intensa discusión con su expololo, Manuel Díaz Albornoz.
Los hechos se remontan a 2010, cuando este último golpeó, ató e intentó atacar con un cuchillo a Ramón. Afortunadamente puso zafar y corrió a encerrarse en el baño. Allí estuvo durante horas y cuando salió decidió terminar la relación.
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En los años posteriores se cruzaron un par de veces, y en 2016 decidió buscar su nombre en Google, para ver qué salía. Ahí fue cuando quedó con la boca abierta tras enterarse de lo peor.
Díaz descubrió que Albornoz era buscado por la policía, luego que en 2007 asesinara de 17 puñaladas a Christopher, un joven con el que mantenía una relación amorosa. La revelación causó tal impacto en el joven, que decidió hacer algo por su propia cuenta.
“En ese momento decidí que no podía permitir que lo volviera a hacer. Me contacté con las autoridades chilenas, y empecé a investigar, a sacar fotos de los lugares a los que iba, a recopilar información y mandé toda la carpeta a la Policía de Investigaciones de Chile“, relató Díaz al portal de noticias argentino TN.
Cabe señalar que Albornoz esta prófugo desde que cometió el asesinato. En 2008 comenzó su relación con Ramón, la que duró dos años. Y luego se trasladó a San Juan, donde volvió a estar en pareja. “Cuando googleé el nombre de él salía un programa que se llama Mentiras Verdaderas del 2015 en el que contaban el crimen que había cometido y que lo estaba buscando la PDI de Chile“, agregó Ramón.
El joven aseguró que al enterarse de la brutal verdad que escondía su expareja, primero sintió dolor y luego miedo, puesto que él también podría haber sido una víctima. De hecho, reconoce que fue un error enojarse tanto cuando lo citó para contarle de lo que se había enterado, ya que no midió los riesgos.
“No sabía qué hacer, cómo era el procedimiento, sobre todo por el miedo de que él conocía donde vivía, dónde trabajaba. Un error fue haberme enfurecido tanto y encararlo. Lo cité y, después de decirle que tenía que arrepentirse de su pasado, exploté y le dije que le agradecía por no haber pasado por lo que Christopher Palomino había pasado“, recordó.
En ese momento, a Díaz no le quedó otra alternativa que prometerle que no iba a denunciarlo, sobre todo porque él se puso mal. “Me confesó que lo había hecho, y yo le prometí que no iba a hablar (…) yo le dije que no lo quería preso, pero que tenía que disimular“, comentó.
No obstante, la conciencia no dejó dormir tranquilo a Ramón y aunque trataba de convencerse de que no era su problema, el miedo a pensar en que podía pasar algo similar y que él podría haberlo evitado, lo llevó a tomar la radical decisión.
Tras enviar las pruebas que recopiló, la Justicia chilena le pidió que se presentara a declarar, y cuando se reunió con el fiscal del caso de Cristopher, vio la foto de la escena del crimen y eso lo hizo pensar en que podría haber sido él. “Vi las imágenes de cómo lo había dejado y me brotaron las lágrimas. Juré que iba a meterlo preso y que una vez que lo consiguiera, iba a llevarle flores al cementerio para que su familia esté en paz“, señaló al medio.
Por último, con todos la información aportada por Ramón, la PDI pudo coordinar su captura con la Interpol, quienes investigaron sus pasos durante dos meses y finalmente en enero fue detenido, extraditado y en los próximos meses comenzará el juicio en su contra.